El cáncer hizo que esta mujer dejara su trabajo estresante y pusiera todo en lo que más amaba
El comer bien y sano ayudó a esta mujer a perder peso, lo que a su vez fue crucial para que pudiera darse cuenta de que una masa del tamaño de una nuez crecía en su seno derecho.
Catherine Jones, del Sur de Gales, tenía una vida muy estresante: era directora de un colegio de 300 alumnos y tenía una gran lista de obligaciones bajo su responsabilidad.
La mujer, que ahora tiene 56 años, se la pasaba muy atareada con recortes de presupuesto, problemas de personal, el cuidado y la educación de todos sus estudiantes, las demandas de la autoridad local, entre otros gajes del oficio, y esto le pasaría factura más pronto de lo que ella hubiese podido imaginar.
Su esposo, Dave, de 56 años, estaba muy preocupado por ella, ya que apenas dormía y se le notaba muy agotada todos los días. Además no se alimentaba bien, pues se saltaba los desayunos, consumía demasiados carbohidratos y se conformaba solo con el café durante las mañanas.
Cath trabajaba por las noches y los fines de semana, en un intento de ponerse al día con su carga de trabajo, cada momento libre lo pasaba en la computadora. Además fumaba muchísimo.
RECUPERANDO EL CONTROL
Un día, Jones decidió recuperar el control de su vida y se sometió a la dieta Cambridge, con lo que le dio la bienvenida a las sopas, ensaladas y batidos, con lo que pudo perder cinco tallas de ropa en 2012.
Estaba muy contenta porque sentía que todo estaba tomando un nuevo camino, hasta que en diciembre de ese año la situación más impactante y atemorizante se le presentó sin aviso: al bajar todos esos kilos de más, se dio cuenta de que tenía una masa del tamaño de una nuez en su seno derecho.
Fue al médico cuanto antes, pero el doctor de cabecera que la vio le dijo que no era nada de qué preocuparse. Afortunadamente, Cath Jones no se conformó con ese diagnóstico y recurrió a otro galeno, que a las dos semanas le dijo lo que ella más temía.
“Tenía un tumor triple negativo de grado cuatro… Si no hubiera perdido peso, nunca hubiera encontrado el bulto en mi seno derecho, porque hubiera estado escondido debajo de la grasa”.
El tumor creció rápidamente y no responde al tratamiento hormonal, pero estadísticamente respondería bien a la quimioterapia.
Ella estaba devastada, por lo que decidió volver a su trabajo después de que le explicaron cuál sería su tratamiento. Pero cuando se encontró de nuevo en la escuela, sabía que no debía estar allí, así que se fue a su casa, aterrorizada, cayendo en cuenta de que de verdad tenía cáncer y que no sabía cómo hacerle frente.
Así que en su cumpleaños 50 su esposo le regaló un perro llamado Beau. Al principio, con Cath trabajando largas horas y Dave ocupado en su carrera en el servicio de la prisión, se suponía que el plan era que Beau pasara sus días en el centro de cuidado de perros cerca de la escuela de Cath.
LA MEJOR MEDICINA
Pero después de que la operaron para extirpar el tumor y los ganglios linfáticos, comenzó la quimioterapia y Beau fue la mejor medicina.
“Me consiguió a través de esos días horribles, enfermos. Me dio una razón para levantarme, y no importaba lo mal que me sentía, quería hacer que su vida fuera buena. Caminábamos juntos todos los días, y cuando estaba agotada, él yacía tranquilamente a mi lado, dando abrazos”.
Cuando el tratamiento por fin terminó, en agosto de 2013, el cáncer de Cath dio negativo a los genes defectuosos de BRCA, lo que significó que el factor más importante para su desarrollo fue la hormona del estrés cortisol.
Fue en ese momento cuando la mujer entendió que ya no podía continuar con su carrera, así que creó la guardería Jangles Home Boarding & Day Care para perros. Desde entonces han incluido a tres perros más en su familia: Mac, Joe y Eddie.
“Solía trabajar 80 horas a la semana y literalmente me estaba matando. Ahora, probablemente ‘trabajo’ más horas, pero no se siente como un trabajo, porque yo me divierto haciendo algo que amo y al aire libre”.
Está comprobado que los dueños de perros tienen más probabilidades de vivir vidas más largas y sanas, según un estudio sueco de 2017 de más de 3.4 millones de personas.
Esta investigación reveló que los dueños de perros tenían un menor riesgo de morir a causa de enfermedades cardiovasculares y otras razones, que aquellos que no tenían un perro, incluso después de ajustar factores como el tabaquismo.
DANDO Y DANDO
Tras su recuperación, Jones estuvo decidida a devolver algo por la ayuda y el apoyo que recibió. Así que cooperó con la Unidad Móvil de Apoyo al Cáncer de Tenovus. Esto significa que la paciente atendida podría ser tratada más cerca de casa, evitando viajes largos y a menudo estresantes y costosos hacia y desde el hospital.
Asimismo, Cath se ofrece como voluntaria para recaudar fondos y es una entusiasta caminante con su perro.
Y así como ella logró superar el cáncer, dos personas que sufrieron esta terrible enfermedad cuando solo eran unos niños también pueden decir que son sobrevivientes, pero lo mejor de todo es que se enamoraron y se casaron cuando ya eran adultos.
Esta es la hermosa historia de amor de Lindsey Wilkerson y Joel Alsup, quienes padecieron linfoma linfoblástico agudo y tumor en los huesos respectivamente. Para leer este conmovedor artículo, ingresa a este link.