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Pareja se conoce en hospital por leucemia, ahora están curados y planean su vida juntos

Diego Rivera Diaz
23 abr 2019
05:27

Luego de ser presentados por la doctora que tenían en común, Santiago y Lucila rápidamente entablaron una cordial amistad que al poco tiempo se convirtió en amor.

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Todo comenzó cuando la Dra. Isolda Fernández, jefa de Hematología en el Fundaleu (Buenos Aires, Argentina), notara que su paciente, Lucila, posiblemente podría beneficiarse de hablar con otro de sus pacientes, Santiago. Esperaba que al compartir experiencias, Lucila aprendiese un poco sobre su condición y cómo lidiar con ella. Nunca se imaginó que terminarían siendo pareja.

Pero para Santiago Tasso, la doctora "se hizo la película y nos enganchó", a lo que Lucila Chiarella responde: "¡Obvio!". Santiago y Lucilla ambos superaron la leucemia linfobástica aguda tipo B, aunque con seis años de diferencia. Él fue diagnosticado en octubre de 2011. Ella, en marzo del 2017.

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Hoy en día, Santiago está ya curado, y se hace apenas un control anual. Lucila está en remisión, haciéndose un control quincenal. Pero llegar a este punto fue toda una travesía.

"Como Lucila estaba muy mal, le pedí a Santiago que pasara a verla por la habitación. Así como hace Facundo Arana, que tuvo leucemia, siempre le pedimos a los recuperados que le cuenten su experiencia a quienes están en tratamiento. Unos meses después, ¡oh sorpresa!, Lucila me manda una foto de los dos juntos. ¡No lo podía creer!", cuenta la Dra. Fernández.

Santiago le escribió a Lucila por Facebook. "¡Hola! Consulta: ¿Sos paciente de Isolda?'". Lucila pensó que se trataba de alguien enfermo haciéndole alguna pregunta. Pero estaba equivocada. "Le escribí a las doce y nos quedamos chateando hasta las seis de la mañana. Literal. Esa semana me invitó a salir. No nos separamos más".

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Lucila es oriunda de Palermo, donde vive con sus padres y un hermano. Es graduada de turismo, y tiene un trabajo en una agencia de viajes. Fue diagnosticada a los 24 años de leucemia, tras haberse sentido muy mal, perder peso y lucir pálida. "Tuve una hemorragia, fui a una guardia y me mandaron a mi casa. A la semana, no me podía levantar de la cama", cuenta Lucila.

"Me hablaron de anemia, pero ni bien llegaron mis papás nos dijeron: leucemia. Porque con un análisis de sangre, ya se puede saber. Aunque hay que confirmar con la punción y ver el tipo. De ahí en más, igual que a Santi: me derivaron a Fundaleu y me atendió Isolda."

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Santiago, oriundo de Belgrano, vive con sus padres y tiene tres hermanos. Es diseñador gráfico en un empresa de desarrollo de páginas web. Fue diagnosticado a los 21 años, luego de que "me agarró un dolor muy fuerte en el intestino. Como si me estuvieran punzando con un destornillador. El día anterior me había ido de la facultad porque me sentía muy débil y estaba pálido. Al día siguiente, cuando me despierto, no me podía mover".

Tras su diagnóstico, fue referido al sanatorio Mater Dei, que confirmó el cuadro y lo refirió al Fundaleu. "Empecé la quimioterapia al día siguiente. Fue todo muy rápido", cuenta.

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Santiago y Lucila concuerdan en que es una experiencia sumamente difícil y exigente. "La cabeza es fundamental. Por eso hay que entender qué te esta pasando. Aceptarlo y no preguntarse: "¿Por qué a mí?", explica Santiago.

Lucila agrega que es algo que "lleva tiempo. En Fundaleu me explicaron que dependía de mí y de los médicos, en partes iguales. Ellos hicieron más. Yo ponía voluntad, pero me costaba un montón. De hecho necesitaba transfusiones de sangre muy seguido. Por eso es tan importante donar sangre".

"Necesitábamos la sangre como un auto necesita la nafta. Y hay algo bueno para los donantes: ¡Les dan el desayuno gratis!", bromea Santiago.

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A futuro, la pareja tiene intenciones de vivir juntos. Por ahora están comprando todos los electrodomésticos. También están escribiendo un libro juntos sobre su experiencia con la leucemia.

Pero no en todos los casos el amor y el cáncer llegan a finales así de felices. Como en el caso de Samantha Webster, una mujer con hábitos saludables que empezó a experimentar dolores de estómago fuertes. Al acudir al médico recibió un devastador diagnóstico que no la detuvo para casarse con el amor de su vida.

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