La vez que Kiko Matamoros rompió en llanto hablando de sus traumas de la infancia
Recordando el momento en que uno de los colabores de Telecinco más duros se quebró frente a las cámaras al recordar su pasado.
Se trata de Kiko Matamoros, un personaje conocido por ser intimidante y por decir lo que piensa en todo momento.
No obstante, hace ocho años, el colaborador de Sálvame apareció en La Caja Deluxe, dejando al descubierto su antigua vida llena de eventos oscuros, y sus miedos e inseguridades.
A La Caja Deluxe asisten personas famosas del mundo del entretenimiento que repasan sus vidas y exponen detalles íntimos, e incluso problemas del pasado o presente. Cada emisión puede llegar a ser muy emotiva para el participante, como ocurrió con Kiko Matamoros.
DE SU RELACIÓN CON SU PADRE
Sobre cómo era su relación con su progenitor, Matamoros explicó que él “era un hombre de extrema derecha” por el que no se sentía “especialmente querido”.
Dejó claro que “tenía carencias afectivas” y que, de hecho, temía cada vez que su padre llegaba a casa.
“Nos sentíamos odiados por mi padre y le odiábamos”, confesó Kiko.
SE REFUGIABA EN SU MADRE
Matamoros confesó que era un niño que se refugiaba en su madre; tenía “mamitis”. El colaborador explicó que, para él, su madre era su “nido” y “paraguas”, en quien hallaba consuelo.
Con mucha emoción, Kiko incluso mandó un mensaje a su madre fallecida:
“Mamá, te agradezco mucho lo que has hecho por nosotros. Por tu apoyo y tu silencio. Te hubieras merecido algo mejor.”
LLEGÓ LA REBELDÍA
Tras pasar por una educación estricta, pronto se volvió alguien incontrolable y rebelde.
Kiko aseguró tener los mejores años de su vida mientras vivía en Becerril de la Sierra, donde tuvo una época de actitudes transgresoras.
“Hacía todo lo que no se podía hacer”, dijo Kiko, como, por ejemplo, “romper farolas, pintar coches” y colarse “en cines para ver películas de 18 años”.
Pese a la rebeldía de esos tiempos, el colaborador los recordó con mucho cariño y nostalgia.
SOBRE EL “AMOR DE SU VIDA”
En el 2011, Kiko tenía una relación con María José Giaever, más conocida como Makoke. Giaever era el amor de su vida y, gracias a ella, descubrió “verdaderamente lo que es el amor, la devoción y la vocación por el amor”.
“Después de pasar por mi vida, ya me puedo morir tranquilo”, remató Kiko.
Lastimosamente, su relación no terminó bien en 2018.
Si bien Kiko abrió su corazón en el 2011, lo volvió a hacer más recientemente, pero debido a sus hijos y la relación que tiene con ellos.
A pesar de lo fuerte que se pueda ver por fuera, Kiko tiene esas espinas que tiene clavadas en su corazón y le duelen cada vez que las pone en palabras. Lee la historia completa, haciendo clic aquí.