Abuela de 78 años ha acogido en su hogar a más de mil presos en 40 años
Ángeles Pérez, es la honorable mujer de 78 años que ha cuidado y brindado cobijo a miles de criminales rechazados por la sociedad.
Sin ningún tipo de miedo, la mujer ha estado ayudando desde violadores, hasta ladronzuelos durante 40 años. Ángeles les visita en prisión cada semana para pasar un momento con ellos.
Muchos son los reclusos que esta abuela ha conocido a lo largo de su vida, uno de ellos es Juan Carlos, quien luego de comentarle que su condena es por 30 años, reconoció que estaba ahí por haber abusado de un niño.
CONOCIENDO VIDAS
Gracias a la Asociación Pro Recuperación de Marginados, la cual preside, esta abuela de siete se ha encargado de conocer las vidas de cada uno de estos hombres y de las historias que tienen para contar.
La sede de la institución ubicada en el barrio madrileño Entrevías, cuenta con seis pisos y 43 camas. Los nobles actos que se realizan en estas paredes son gracias a esta ex sastre que creció con una conciencia social bien marcada.
Tras las rejas │Imagen tomada de: Pixabay
CALIDAD HUMANA
Con la capacidad de aceptar a las personas tal y como son, Pérez le brinda consuelo a quienes lo necesitan, sin importar los delitos que hayan cometido
La primera vez no fue fácil ayudar, pero le dio un espacio a un traficante de drogas llamado Carlos Alberto, quien luego de recibir asesoramiento se encuentra trabajando en Nueva York. En la actualidad se recuerdan con cariño, y se tienen mucho respeto, pues ella lo ve como un hijo y él como una madre.
Manos en señal de apoyo │ Imagen tomada de: Pixabay
UNA NUEVA VIDA MOTIVADA POR EL AMOR
El gran corazón de Ángeles ha recibido sin pedir nada a cambio, aunque admite que en muchos casos se ha encariñado demás con estos hombres, los ha motivado a conseguir un empleo y a luchar por sus vidas.
Esta cálida mujer tiene tres hijos propios, pero miles de hijos que la vida le ha puesto en su camino, pues al hablar de lo recuperado que están algunos y de lo bien que les va, solo puede sonreír y hacer brillar sus ojos como lo haría una madre.
Este hermoso caso de bondad nos hace recordar a una pareja que adoptó a siete hermanos que se encontraban en un hogar temporal sin esperanzas de encontrar una familia en épocas de Navidad, casos como estos hacen pensar en que aún existen personas buenas en el mundo.