La triste historia de los abuelos de Rosario que fueron abandonados por su hijo en un bar
La pareja de ancianos fue abandonada por su hijo en un bar de Rosario, Argentina, pero eso era sólo la punta del iceberg, tras años de maltratos y carencias.
El miércoles de la semana pasada, a eso del mediodía, una pareja de ancianos, Hugo y Hilda (de 92 y 87 años, respectivamente) entraron a Megabar, un pequeño establecimiento en Rosario, Argentina. Luego de pedir algo de comer, la pareja se quedó sentada por horas, con aspecto nervioso.
Eventualmente, la dueña se acercó a preguntar qué sucedía. Pero no pudo imaginarse el drama que destaparía con su pregunta. Fue Hilda quien explicó que ese día fueron desalojados de su departamento, y que su hijo los dejó en el bar, prometiendo venir por ellos cuando tuviera un tiempo.
Sin embargo, pasaban las horas y el hijo no llegaba. Eventualmente, entendieron que su hijo los abandonó en un bar, con algunas bolsas de ropa vieja y 500 pesos (unos 11 dólares).
"Terminaron de comer y pasaron como tres horas. Comenzaron a ponerse nerviosos. Caminaban de un lado a otro. Nos pareció muy rara la situación hasta que me acerqué y les pregunté qué les estaba pasando. Les pregunté si tenían plata para pagar la comida y me contestaron que sí. Fue ahí que me contaron lo del hijo y el desalojo", cuenta la dueña del bar, María Inés.
La dueña alertó a las autoridades, y con la información que logró sacar a Hilda, ubicaron el edificio de donde fueron desalojados.
"Hilda no sabía ni dónde estaba parada y menos el marido, que había sufrido un ACV hace poco. No tenían teléfono, estaban muy débiles, sucios y tenían sólo las bolsas con ropa y perchas. Ella, por ejemplo, tenía pis encima. Era muy triste verlos", contó María Inés.
La policía le solicitó a la dueña retener a los ancianos en el bar, lo cual no fue muy difícil, pues ellos seguían confiando en que el hijo volvería. La policía intentó ubicar al hijo en el edificio, forzando la entrada del inmueble y tocando puerta por puerta hasta dar con el departamento correcto. Al entrar, vieron que no había ni un sólo mueble.
"En el departamento pudimos encontrar el teléfono del otro hijo, que es el que termina buscándolos después en la comisaría. Durante todo el allanamiento los abuelos se quedaron en el local. Después regresamos y seguimos esperando a ver si aparecía, pero nunca sucedió", explicó María Inés.
"Cuando finalmente vinieron [los oficiales] de la comisaría, ahí se dieron cuenta de que los había abandonado y se largaron a llorar. Fue tremendo. Yo en la tarde les ofrecí mate cocido pero no quisieron tomar nada."
Vecinos de Hugo e Hilda confirmaron que la pareja era víctima de maltratos por parte del hijo que los abandonó. Siempre les estaba gritando. Además, no queda claro porqué los desalojarían, ya que ambos tienen pensión, suficiente para cubrir su renta y sus gastos.
"Ella me explicaba que no entendían por qué los desalojaban si siempre pagaron el alquiler. De hecho con lo que ganan les alcanzaba. Por eso para mí en esto tiene que ver el hijo que los abandonó. Hoy están sin nada, como a la deriva."
La policía llevó a los ancianos a la comisaría. La comunidad estaba a punto de recolectar dinero para pagarles un hotel, cuando Raúl, el otro hijo del matrimonio, se presentó en la estación en lágrimas, pues no tenía idea de la cruda situación que vivían sus padres.
"Algo sabía por la inmobiliaria, porque se comunicaban conmigo. Aparentemente la inmobiliaria dijo basta, hasta acá llegamos, y tuvieron que sacar los muebles y se quedaron en la calle", explicó el otro hijo, que no ha podido contactar a su hermano por ningún medio.
Fue un caso tan trisque que "incluso las policías de la comisaría nos dijeron que se les rompió el corazón".
En otro triste caso, autoridades de La Joya, al sur de la capital de Colombia, Bogotá, junto a la Secretaría de Salud y el cuerpo de Bomberos del estado, llegaron a la vivienda en la que la pareja de ancianos permanecía bajo llave desde hace más de un año.
Según el informe de las autoridades, la condición en la que se encontraban era riesgosa para su salud pues no cumplían con los servicios necesarios e incluso dormían casi llegando al suelo.