Dolores Vargas: La vez que su primo la 'raptó' para casarse

Durante años de fama, Dolores estuvo en el centro de atención por su talento y la prensa lo aprovechó para hacer creer al público muchas cosas de la diosa de la rumba catalana.

Dolores Vargas, conocida como "La terremoto" por sus increíbles pasos de flamenco sobre el escenario, es recordada como una de las mayores exponentes de la música española.

Pero su vida no solo giró en torno a su pasión por la música que afloró desde pequeña. En su vida personal surgieron obstáculos impuestos hasta por su propia familia, ya que ante los ojos de esta, contraer matrimonio con su propio primo era algo inaceptable.

EL AMOR SALIÓ VENCEDOR POR SOBRE TODO

Dolores, una revolucionaria de la música española que impulsó el género 'flamenco-pop' a mitad de los 60, no supo que se sentía ser una artista en escándalo sino hasta el año 1958.

En dicho año se dio a conocer su amorío con su primo José Castellón, guitarrista y compositor, quien a lo largo de su carrera hasta ese momento había sido tan solo parte de su equipo de trabajo junto a su hermano Enrique, conocido como el Príncipe Gitano.

Debido a que su relación no era bien vista por su familia, ambos optaron por casarse sin la aprobación de la familia paterna, cosa que agraviaba aún más la situación entre familias.

Sin temor a nada, ese mismo año celebraron la boda el 22 de julio, y huyeron a Francia para pasar la luna de miel. Los periodistas, una vez enterados del hecho, erróneamente reportaron que José Castellón había raptado a Vargas.

Con el tiempo, hechos fueron desmintiendo tal noticia, y en 1964 tuvieron una hija. Vargas admitió que estaban profundamente enamorados y finalmente obtuvieron la aprobación de la familia.

Siempre hubo mucho apoyo en la relación, sobretodo de parte de José hacia Dolores cuando decidió independizarse artísticamente de su hermano.

El mejor año para su carrera lo vivió junto a Pepe, su esposo, en 1970 cuando estrenó la que sería la más reconocida de sus canciones a nivel internacional, 'Achilipú', escrita por su esposo y Felipe Campuzano.

Tras la muerte de su esposo en mayo de 1987, decidió que ya era hora de descansar y se despidió para siempre de su carrera artística, olvidándose también de la vida pública. Hasta que finalmente partió en el año 2016 a sus 80 años, en el Hospital General de Valencia, a causa de la leucemia contra la que llevaba mucho tiempo batallando.

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