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La vida poco conocida de Larry de 'Los tres chiflados': entre hoteles y la pérdida de un hijo

Fabricio Ojeda
28 ago 2019
18:40

¿Quién no rió con las aventuras y desventuras de estos tres amigos? Muchas veces los actores que brillan por hacer al público reír y disfrutar de un buen rato, no la tienen tan fácil en la vida real. En el caso de Larry Fine, todo iba bien hasta que le fueron arrebatados sus seres más amados.

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Louis Feinberg, quien posteriormente sería más conocido como Larry Fine, tuvo momentos difíciles de creer incluso desde niño. Su padre era un joyero y él le veía trabajar en su taller. Tenía cuatro años de edad, apenas, cuando la curiosidad natural de un infante lo llevó a tomar un frasco.

El frasco contenía el ácido oxálico que su padre usaba para probar la autenticidad de las joyas y cuando el joyero, llamado Joseph, vio lo que hacía su pequeño, notó que él intentaba ingerir el líquido. Corrió y logró tumbarlo de sus manos.

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Sin embargo, sería su esposa la que notaría que el ácido cayó en el brazo del pequeño. Salieron corriendo al hospital, en Filadelfia, y aunque intentaban amputarle, finalmente con piel de su pierna hicieron un injerto en su brazo, relata Infobae.

Así comenzaba, de cierta forma, la vida del “chiflado” del pelo alborotado, Larry Fine. Luego vendrían las terapias para recuperar su movilidad. Intentó varios caminos profesionales, incluso el boxeo, que era desaprobado por su padre, para finalmente hallar su pasión en el teatro cuando tenía alrededor de 20 años.

La actuación tampoco era una profesión aprobada por el padre, quien intentaba convertirlo en joyero, al igual que él. Aunque estuvo tres meses en la joyería familiar, no podía ocultar su talento y constantemente estaba haciendo reír a los empleados con todos sus chistes.

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Poco tiempo después él regresaría a la actuación, uniéndose en ese entonces al dúo Haney Sisters, conformado por las hermanas Loretta y Mabel. Esta última, una rubia de ojos azules. Entre ellos surgió el amor a primera vista, pero mantuvieron su relación en secreto por practicar religiones distintas.

Aunque él era judío y ella católica, Mabel se convirtió al judaísmo en 1926 y pudieron casarse. Estuvieron juntos hasta la muerte de ella. Su vida de casados fue tal como se conocieron, bohemios. Y estaban profundamente enamorados.

Desde ese debut, empezarían a llegar diversas oportunidades de actuar en vivo en locales de Chicago y contratos para actuaciones, hasta que llegó la comedia más popular de todos los tiempos.

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Incluso dentro de la ficción, cuando fantaseaba con mujeres en “Los Tres Chiflados”, solo repetía constantemente su nombre. “Mabel, Mabel, Mabel”. Los problemas económicos estuvieron presentes en su vida en ciertas ocasiones. Perdió el dinero en apuestas. Se fueron a California a retirarse.

Pero la vida tendría duros golpes para la familia, especialmente para él. Su hijo, que era apenas un joven de 24 años, murió en un accidente de tránsito. El chico además tenía dos hijos y una esposa que estaba en la dulce espera de su tercer bebé. Esto ocurrió en 1961.

Luego, la vida volvería a sorprender. El amor de su vida, Mabel, fallecería de un infarto cuando él se encontraba lejos de casa en una gira con sus compañeros “chiflados” en 1967. De inmediato volvió.

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Después de tan grandes pérdidas, regresaría a la actuación hasta el principio de los 70’s. Específicamente 1970, cuando sufrió hemiplejía y quedó internado en un hospital exclusivo para celebridades, hasta que falleció cinco años después. Su hija Phyllis estuvo siempre con él. Su amigo Moe, creador de “Los Tres Chiflados”, le visitaba.

Sin duda, a pesar de la vida difícil que tuvo, nadie podrá olvidar que interpretó a uno de los personajes más icónicos y míticos que la comedia de televisión ha tenido en su historia.

Así como El Monstruo de Sanchezstein, otro programa que es también muy recordado, un programa televisivo infantil que fue transmitido desde febrero de 1977 hasta octubre del año siguiente.

Este show tiene además la particularidad de que comenzó en blanco y negro y luego continuó en TV a color, lo que lo hizo pionero, pues eso no era tan común para la época de la que hablamos.

Sin duda, ver a niños actuando tiene su encanto, pues la inocencia y diversión se mezclan para regocijo de los más pequeños que ven TV en casa.

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