Leticia Perdigón, de las primeras actrices mexicanas que no tuvo miedo a los desnudos en pantalla

Los desnudos en el cine mexicano aparecieron paulatinamente. Las escenas que los incluían y las actrices que estaban dispuestas a ser pioneras fueron llegando poco a poco para desafiar los preceptos de la época.

Leticia Perdigón nació el 7 de agosto de 1956 en la Ciudad de México, México. Su trayectoria como actriz inició en 1973 con su actuación en la película "Eva y Dario" y desde entonces cosechó varios éxitos en la pantalla grande.

Sin embargo, hubo un acontecimiento que la dejó enmarcada en la historia de las mujeres en el cine: atreverse a hacer escenas de desnudo. Ella fue una de las pioneras en atreverse a desafiar los preceptos de su época.

El desnudo de Leticia Perdigón fue en 1992 en la película mexicana "Anoche soñe contigo" de Marisa Sistach. El film contaba la historia de un joven en pleno despertar sexual y sus aventuras durante las vacaciones.

Perdigón le dio vida a Azucena, la mujer con la que el protagonista Martín Altomaro siempre soñó tener intimidad. En ese juego de seducción, la actriz dio el paso a grabar sus primeras escenas de desnudos.

“Siempre lo hice por la justificación de un guión. Pero cada quien puede hacer con su cuerpo lo que quiera. Hay que respetar lo que cada actor quiere hacer, creo lo hacen por amor a su trabajo”, dijo la actriz en una entrevista en 2015.

El cuerpo de la mujer en el cine azteca estuvo presente desde sus orígenes, pero se fue develando a la luz de un mayor público durante un proceso lento.

Al principio, solo eran cintas de contenido para adultos mostradas en lugares selectos y privados. Después, vendrían los escotes un poco más atrevidos en la pantalla grande hasta que Teté Tapia mostró uno de sus pechos en blanco y negro en la "Zandunga" de Fernando Fuentes en 1938.

“Siempre lo hice por la justificación de un guion. Pero cada quien puede hacer con su cuerpo lo que quiera... "

Más tarde, se sumarían actrices como Mimí Derba, Celia Montalván, Elena Sánchez Valenzuela, María Conesa y, por supuesto, Leticia Perdigón.

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