Rosa María Bianchi quería ser bailarina clásica y afirmaba que la TV corrompía la actuación
En 1969, la argentina tuvo su primera visita a México, donde tuvo la oportunidad de ir a varias obras de teatro. Fue en ese momento cuando supo que quería estar sobre los escenarios.
La argentina Rosa María Bianchi siempre se ha destacado por su fuerte personalidad y la presencia que ha tenido sobre el escenario y ante las cámaras. Pero era esa misma fuerza la que la alejaba de los papeles protagónicos y la dejaba “encasillada” en el rol de la mala. Sin embargo, eso no le importaba.
Para ella, la actuación abarca dos carreras: la de ser actriz y la de ser estrella. La primera significa trabajar con los personajes; mientras que la segunda se resume a trabajar con el físico y explotar la personalidad.
Por lo anterior, a la actriz argentina radicada en México en 1971 no le importaba que le tocaran los roles antagónicos, pues ella lo que quería era ser actriz, y lo consiguió.
“Siempre estuve consciente de que mi tipo físico, mi energía y manera de ser no eran los de la protagonista de una novela. Los productores siempre me vieron como la antagonista y no me importó, porque yo solo quería ser actriz”, señaló Bianchi.
Pero aunque consiguió tener éxito como actriz, su verdadero anhelo siempre fue destacarse como bailarina clásica. Lamentablemente, la crisis económica que atravesaba Argentina cuando ella aún vivía allá, se lo complicó demasiado. Además, su familia no creía que tuviera potencial, lo que la frustró enormemente.
Fue en 1969 cuando visitó México por primera vez. En esa ocasión, tuvo la oportunidad de asistir a varias obras de teatro, lo que despertó en ella la necesidad de estar sobre el escenario y no entre el público.
Fue así como decidió dedicarse al teatro, ya radicada en México en 1971. Aunque sus padres no tenían fe en ella y ella tampoco estaba muy segura, dio el paso de inscribirse en la escuela de actuación en Bellas Artes, pero para esto tuvo que trabajar muy duro pues su familia no podía costear la preparación.
Teniendo un año y medio de estudios en ese lugar decidió junto al resto de sus compañeros cambiarse al Centro Universitario de Teatro (CUT), después de que Héctor Mendoza la invitara a unirse. Como tenía fama de ser el mejor maestro, nadie lo pensó dos veces.
Pero el teatro no le ofrecía los ingresos necesarios para mantener a sus hijos José María de Tavira y Julián de Tavira (que tuvo con el dramaturgo y director de teatro Luis de Tavira), quienes cursaban primaria para ese entonces.
Fue en este momento cuando se abrió la brecha hacia la televisión, pero para los actores de este teatro significaba “prostituir el arte de la actuación”.
Fue cuando participó en su primera telenovela, ‘Cuna de lobos’, como la secretaria “Bertha Moscoso” y después bajo el nombre de “Michelle Albán”, y gracias a estos personajes alcanzó el éxito a nivel internacional, lo que le permitió vivir de manera holgada.
También actuó en "Monte Calvario" (1986), "El extraño retorno de Diana Salazar" (1989), "Teresa" (1989), "Mi pequeña Soledad" (1990), "La mentira" (1998), "Infierno en el paraíso" (1999), "Locura de amor" (2000), "Alborada "(2005) y "Yago" (2016).
En la actualidad, Rosa María Bianchi participa en la obra "Forcados" junto con Nailea Norvind, Luz Ramos, Rodrigo Virago, Héctor Kotsifakis, Francisco Rubio y Ricardo Reynaud. Además, analiza la posibilidad de participar en una serie y una película.
A diferencia de Bianchi, que se enamoró de la actuación cuando tuvo la oportunidad de asistir a varias obras de teatro, existen otros intérpretes que logran la fama solo por “casualidad”, como Jorge Luis Pila, quien no tenía pensado desempeñarse en el medio artístico.
Conoce cómo fue que el éxito golpeó la puerta de Jorge Luis, tras obtener varios papeles de poca importancia en Telemundo.