Alaska y Mario Vaquerizo: un amor de 20 años
Pocos creían que su relación sería duradera, pero pasan los años y el amor sigue siendo el protagonista de la historia que viven cada día, y los mantiene felizmente unidos.
Han pasado 20 años desde aquel día en las Vegas donde se presentaron luciendo según su particular estilo; Alaska vestida como Morticia, Mario como Elvis Presley y dieron el sí ante el juez de turno.
“Lo mejor que he hecho en mi vida”, dice Mario.
Corría el año 1999 cuando Olvido Gara, para todos Alaska, y Mario Vaquerizo se conocieron. Ella estaba dedicada junto a Nacho Canut a la presentación del segundo álbum de estudio de Fangoria “Temporada en el infierno”, como parte del relanzamiento del grupo.
En la discográfica trabajaba un chico encargado de la promoción del disco, que no es otro que Mario Vaquerizo, que los acompañaba en cada concierto de la gira. El flechazo fue inmediato y pronto comenzaron a salir.
Seis meses después, decidieron irse a las Vegas un domingo en la mañana después de una noche de fiesta, y unirse en matrimonio. La sorpresa de los amigos fue equiparable a su incredulidad. Así comenzó su historia de amor.
A lo largo de estos años han vivido diferentes experiencias y han aprendido mucho el uno del otro, y sobre todo han logrado mantener el amor entre ellos casi como el primer día.
“Nosotros también hemos pasado crisis, nos enfadamos, nos reconciliamos..., pero después sigue estando ahí la esencia de una relación, que es amor, respeto y atracción”, cuenta Mario, desbordando energía.
La pareja no tiene hijos por decisión de Alaska, quien siempre tuvo claro que ella no necesitaba vivir esa experiencia. Mario, por su parte, admite que es una espinita que le quedó clavada, porque siempre añoró ver a una pequeña “Alaskita”.
Algo en lo que sí coinciden enfáticamente es la posición sobre la infidelidad. Básicamente, aunque ambos son libres de apreciar la belleza y simpatía en otras personas, son totalmente tradicionales respecto a la importancia de ser fieles el uno con el otro.
“Tiene mucho que ver con cómo nos percibimos a nosotros mismos y con el orgullo. Mario es muy orgulloso, y yo no me atrevería, ni borracha, a poner esto en peligro por una tontada” dice Alaska.
Vaquerizo va un poco más lejos en su análisis, ya que acepta que nadie es dueño de las relaciones, por lo que es posible que un día aparezca alguien nuevo. Pero en su experiencia, eso solo ocurre cuando la pareja se empeña en mantener algo que ya no existe, por lo cual ellos siempre han sido muy honestos entre sí.
“Yo creo que si hay una infidelidad y todavía hay algo en esa relación, se recupera en el tiempo que sea. Si ya no hay nada es el detonante para que te des cuenta”, completa Alaska.
Lo cierto es que este par tienen tantas diferencias como similitudes, y juntos han logrado encontrar la forma de hacerlo funcionar y hacerlo divertido, único, especial y sobre todo, digno de vivirse.