Chiste: Una camarera nota que un hombre se desliza de su silla y se oculta bajo la mesa

Una camarera observaba la manera en que una hermosa pareja se sentaba a comer en un restaurante, cuando de repente se dio cuenta de que el hombre estaba tratando de meterse debajo de la mesa.

La camarera había estado observando en silencio mientras el hombre entraba en el restaurante de alta gama, de la mano de su hermosa acompañante.

Cuando la dulce pareja estuvo lista para ordenar, ella se acercó a tomar sus pedidos, pero cuando fue a atender a otro cliente se sorprendió cuando observó que el hombre se estaba desplazando lentamente de su silla hacia abajo.

La joven camarera siguió observando y se percató de que la compañera del caballero permanecía inmóvil a pesar del extraño comportamiento de su acompañante.

Eventualmente, la camarera debió acercarse a la hermosa mujer para llamarle la atención por el hecho de que “su esposo se desplazara debajo de la mesa”, a lo que la mujer respondió: “No, no lo hizo, el mío acaba de entrar por la puerta”.

UN HOMBRE SE SORPRENDE CUANDO CONSIGUE CERVEZA POR $1

Un joven entró al bar de un restaurante y le preguntó al cantinero el precio de la cerveza.

Cuando el cantinero le respondió que solo costaba un dólar, el hombre se sorprendió y le pidió una. Luego el joven decidió preguntar por el costo de un plato de comida, a lo que el cantinero respondió con un precio bastante módico.

El hombre volvió a quedar boquiabierto y decidió pedirse un plato, cuando lo recibió notó que a pesar del precio, la comida era de muy buena calidad, lo que lo dejó aún más sorprendido e hizo que el joven pidiera conocer al dueño del negocio.

El cantinero le informó que el jefe estaba en la oficina con “su esposa”. Anonadado por la respuesta, el hombre le preguntó: "¿Qué está haciendo arriba en su oficina con tu esposa?".

“Lo mismo que yo con su negocio”, respondió el cantinero.

UN MATRIMONIO QUE SE TORNÓ ABURRIDO

Un hombre casado, en un intento por salvar su matrimonio, le preguntó a su amigo cómo podía hacerlo, a lo que su amigo respondió que el antídoto sería engañar a su cónyuge.

La primera respuesta del hombre afectado fue objetar este consejo. Entonces su amigo le dijo que le informara a su esposa, y de esa manera, no se clasificará como un engaño. Al conversarlo la esposa le

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"Cariño, eso no ayudará a nuestro matrimonio. Créeme, ya lo intenté".