Eduardo Yáñez sorprende con una confesión sobre su mamá: 'Estuve enamorado, la veía como mujer'
En una entrevista muy cordial en “Venga la alegría”, el actor habló de su infancia y del inmenso amor que sentía por su madre, con quien quería pasar el resto de su vida.
Con la confianza de la amistad que lo une a la Chicuela, Eduardo Yáñez conversó sobre su infancia, su adolescencia, su familia, y especialmente de los sentimientos que le inspiraba su madre, a quien era muy apegado.
"Mi madre es una mujer de la cual yo estuve enamorado en mis años más chavito, la veía como mujer, la mujer con la que yo quería casarme y tener un hogar”, recuerda Eduardo.
Se apresura a aclarar que se está refiriendo solo a la intensidad de lo que sentía según el punto de vista de un niño, cuya visión de las cosas es simple y pura.
“Cuando estás chavo no piensas cosas distorsionadas, te lo estoy diciendo como el amor puro de un ser humano a otro con el que quieres convivir para siempre y estar para siempre a su lado”.
Durante su niñez, nunca conoció a su padre. Tuvo varios medios hermanos de los cuales habla poco, explicando que no tuvieron una relación muy cercana, aun cuando crecieron juntos. Dos de ellos murieron y del resto dice no saber qué ha sido de sus vidas.
Recordó además que el fallecimiento de un de sus hermanos los 13 años, resultó un duro golpe para su madre, quien a partir de ese momento cambió la forma en que asumía la vida.
María Eugenia Luévano trabajaba como celadora en el Palacio Negro de Lecumberri, un penal de México, y por necesidad se llevaba a Eduardo a su lugar de trabajo, lo cual le hizo aprender un lado diferente de la vida, y además, ahí vivió su primera experiencia sexual.
“Mi primera experiencia fue en la cárcel, con una presa y eso fue una oportunidad que ella vio de tocarme a mí y pues lo logró y yo me quedé como traumado, no sabía qué estaba pasando, yo me asusté mucho”, cuenta Yáñez.
Pero luego remata la historia con un final divertido, restándole total importancia a lo ocurrido: “Al otro día le decía a mi mamá 'llévame otra vez a dormir allá, quiero que me asusten”, dijo entre risas.
Su mamá en cambio no lo tomó a risa, y la amistad que había entre ellas se terminó en forma definitiva.