Bobbi Kristina Brown: trágica vida y muerte de la única hija de Whitney Houston
Su familia le decía con cariño Bobbi-Kris y para su madre, además de su única hija, era una gran bendición que desafortunadamente creció en medio de conflictos, drogas y muerte.
La pequeña Bobbi Kristina debió sentirse afortunada al saber que su madre era un ser absolutamente privilegiado, con una voz prodigiosa que era considerada un perfecto instrumento natural, cuya belleza y carisma la llevaron con rapidez a la cima.
Hija de la grandiosa Whitney Houston y del cantante Bobby Brown, Bobbi-Kris nació el 4 de marzo de 1993 y un año después subió al escenario de los American Music Award en brazos de su madre, quien recibía el premio.
Houston llevaría a su niña a sus giras, llegando a subirla a los escenarios para que cantara con ella, y por supuesto, exponiéndola a un mundo que resulta extremadamente complejo para adultos e inmanejable para un niño.
Su infancia transcurrió bajo el escrutinio público y en medio de la conflictiva y violenta relación que llevaban sus padres, los cuales eran adictos a las drogas y olvidaban con frecuencia que ella siempre estaba cerca, viendo todo.
En 2005 participó en el reality de su padre “Being Bobby Brown”, donde con apenas 12 años, Bobbi-Kris era una imagen difusa al fondo de lo que era la vida cotidiana de sus padres, quienes discutían, disfrutaban de grandes lujos o aparecían ante las cámaras algo dispersos y posiblemente alterados por el consumo de alguna sustancia.
Dos años después sobrevino el divorcio de sus padres, quedando la niña bajo la custodia de su madre, quien aparentemente le dio bastante independencia y demasiado dinero, combinación muy difícil para cualquier adolescente.
Bobbi Kristina no fue la excepción. A los 15 años fue hospitalizada por sobredosis de drogas. A los 16 había muchas imágenes de ella en los periódicos, bebiendo con sus amigos y aspirando líneas de cocaína.
Luego vendría el evento más traumático de la corta y abrumadora vida de Bobbi Kristina, la muerte de su madre. El 11 de febrero de 2012, Whitney es encontrada flotando sin vida en la bañera de su habitación en un hotel de Los Ángeles, y su hija de apenas 18 años estaba con ella.
A los pocos días fue hospitalizada tras sufrir un colapso nervioso, y unas horas después, volvió a ser ingresada por mezclar alcohol con tranquilizantes. Más adelante dio una entrevista a Oprah Winfrey donde dijo que estaba bien, que sentía a su madre muy cerca y que tenía grandes planes a futuro, con el aspecto económico asegurado por la gran herencia que le dejó su madre.
"Puedo escuchar su voz y su espíritu que me hablan diciéndome, ‘sigue moviéndote bebé’. Siempre puedo sentirla conmigo. Recuerdo lo que me dijo, recuerdo lo que me enseñó... ", expresó Bobbi Kristina.
En 2014 anunció su matrimonio con Nick Gordon, a quien su madre consideraba un hijo adoptivo, ya que llegó a su casa a los 12 años y creció con ellas. Sin embargo, el abogado de su padre sostuvo que dicho matrimonio jamás ocurrió a nivel legal, lo cual no impidió que vivieran juntos y emulara en muchos aspectos a sus padres.
El declive de la hija de Whitney fue en picada, recordándole a muchos los últimos años de su madre. Su apariencia descuidada, la pérdida de peso, la mirada errática. A finales de enero de 2015, fue encontrada por su hermano-pareja y por un amigo, totalmente inconsciente en la bañera de su casa en Georgia.
Aunque logró ingresar viva al hospital, y fue estabilizada su cerebro presentaba un daño irreversible. La mantuvieron en un coma inducido por alrededor de seis meses pero su cuerpo de a poco dejó de responder y finalmente decidieron sacarla de terapia intensiva, muriendo el 26 de julio. Apenas tenía 22 años.