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Enrique San Francisco cumple 65 años: la problemática vida del amigo íntimo de Antonio Flores

Stef Colina
15 mar 2020
23:00

La adicción a las drogas terminó por destruir las relaciones más importantes en la vida del humorista que llegó a estar preso en Nepal.

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Si hay alguien que ha llevado su vida al límite, ese es Enrique San Francisco, el actor que con su carisma y espíritu sagaz conquistó el corazón de dos de los hermanos Flores, de quienes se terminó separando a causa de su drogadicción.

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EL PRECIO DEL EXCESO

Decir que San Francisco tiene 65 años es solo una formalidad, porque si algo es seguro, es que su ritmo de vida ha ido más allá de sus propios límites, una realidad que ha tenido que pagar perdiendo a algunas de las personas más importantes de su vida, como lo fueron Rosario Flores, su primer amor y Antonio, su cuñado y mejor amigo.

"A Antonio y a mí nos separó la droga; lo mismo que antes nos pudo juntar. Es triste pero es así", le confesó el también francotirador a Bertín Osborne durante una entrevista a corazón abierto en "Mi casa es la tuya".

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TODO UN SUPERVIVIENTE

Una de las cosas que inspiró al histrión a convertirse en adicto fue la relevancia que ganó en el mundo del cine, cuando pasó a ser en un referente del género cinematográfico que alzó vuelo en la España de los 80, uno donde jóvenes rebeldes con tendencias criminales eran los protagonistas de las historias.

"Cine quinqui, lo llamaban. Porque se hacía apología de los delincuentes", acotó el artista que también llegó a estar preso en Nepal por haber peleado con un mono. Si, un mono.

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SU REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN

Una de las anécdotas más sorprendentes que San Francisco podría llegar a contar es su paso por un calabozo en Nepal, donde estuvo cinco días encerrado luego de pelear con un primate que le robó un banano. Aunque suena contundente el castigo, al parecer Quique no aprendió la lección. Tiempo después lo volvieron a encerrar por golpear a un empleado de una tienda que le vendió galletas llenas de gusanos.

Desafortunadamente su paso tras barrotes se continuó en España, donde luego de sufrir un accidente de tránsito que lo dejó paralizado un par de meses, fue a renovar su DNI sin saber que había una orden de busca y captura en su nombre por haber fallado una citación judicial de la cual no se había enterado. El humorista fue detenido mientras permanecía en una silla de ruedas que no cabía en la patrulla.

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EL DOLOR DE SU MADRE

Aunque ya ha retomado un rumbo sin autodestrucción por medio, le queda el bagaje de un pasado desaforado. Si algo le pesa al comediante es haberle hecho pasar tantas penurias a su madre, su apoyo más grande y quien a fin de cuentas fue la responsable de haberlo empujado a una vida sin drogas.

"Una vez me dijo: 'hijo para verte así, mejor, si tienes huevos, suicídate, porque a mí me estás matando en vida. Le pedí que me encerrase en una clínica de las que tienen barrotes en las ventanas", compartió Enrique, que a diferencia de su mejor amigo, si logró salir del oscuro pozo donde durante años convivió con su autocompasión, ahora el actor goza de salud en un hotel donde pasa sus días en calma.

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