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Elena y Paul, una pareja que está encerrada en su barco por la cuarentena: 'Somos afortunados'

Guadalupe Campos
02 abr 2020
20:20

Paul, de 27 años, y Elena, de 33, pasan el confinamiento en un entorno muy especial. Es que ellos viven en un velero, por lo que estos enamorados del mar que planean dar la vuelta al mundo en barco transitan la cuarentena con los sonidos de la costa.

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Ella es española e instructora de buceo, y él, que es venezolano, hace tareas de mantenimiento y reparación de embarcaciones. Los dos trabajan en yates, y su período de actividad es la temporada de verano.

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Durante el invierno, la pareja se dedica a estudiar, y a reparar su propia embarcación. En su Instagram suben imágenes de su vida cotidiana, y van registrando el progreso de las obras de restauración que están realizando en su velero.

Hay imágenes allí, por ejemplo, de principios de marzo, cuando desmontaron todas las escotillas de su barco-hogar y se dedicaron a lijar para preparar la pintura.

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Durante la cuarentena, justamente, no se aburren porque hay mucho que hacer en el barco: tienen su casa en obra, lo que dificulta mantener todo prístino y limpio, pero eso también los ayuda a sobrellevar el aislamiento mucho mejor que otras personas.

En una entrevista con 20minutos, Elena contó que no siempre vivió ligada al mar. Su vida antes de mudarse a la costa y conocer a Paul era bastante diferente de la que lleva hoy.

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“En su día estudié Químicas y vivía en Madrid, pero vi que aquello no me gustaba. Lo dejé todo y me vine a la costa. Y aquí encontré a un loco enamorado del mar como yo”, contó.

Su embarcación es pequeña, pero funcional. Tiene 14 metros de eslora y poco más de 4 de ancho. Adentro hay tres camarotes, aunque la pareja sólo usa uno de momento. También hay una cocina con nevera y un aseo.

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“Se puede limpiar perfectamente como una casa, aunque nosotros estamos de obras y cuesta mantenerla limpia”, reveló Elena a 20minutos. “Cuando vamos a un supermercado, desinfectamos todo. Lavamos con agua y lejía tanto los zapatos y bolsas como toda la compra”.

Tras unos días de incertidumbre en los que no sabían si podrían volver al puerto, Elena y Paul se instalaron en la marina Club de Regatas de Cartagena. Es una de las dos marinas de Cartagena: la otra es el Yacht Club. Dado que ellos no tienen duchas ni lugar en que lavar la ropa, deben hacerlo en las instalaciones comunes del Club de Regatas. Cuentan que cuando lo hacen mantienen las distancias y guardan todas las precauciones necesarias.

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También salen a las 20hs a aplaudir al personal sanitario, como otros españoles. “A esa hora el barco de Salvamento marítimo toca la bocina”, reveló la pareja.

“Si no llueve podemos salir fuera, estar tomando el sol y hay mucho silencio. Solo se oye el sonido del mar y las gaviotas. Somos afortunados”, consideraron. Elena y Paul planean dar la vuelta al mundo, por lo que consideran que este aislamiento es una prueba para entrenarse: el cruce del atlántico les llevará 20 días sin ver tierra.

Tras confirmarse un caso de coronavirus en el Yacht Club, cuentan, los habitantes del Club de Regatas, que en su mayoría no son españoles ni hablan el idioma, comenzaron a tomarse las medidas más en serio. Elena y Paul les informan de las novedades, que traducen para ellos. Pasar una cuarentena sin poder pisar tierra, como ya ha ocurrido a cruceros en los que se detectó el virus, sería extremadamente complicado

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