Jorge Pérez pide ayuda a otros concursantes después de casi desmayarse en la playa
Elena Rodríguez, Rocío Flores y José Antonio Avilés bromearon con el Guardia Civil para distraerlo del malestar.
Las condiciones extremas de las costas hondureñas está pasándole factura a los concursantes de "Supervivientes 2020", pues cuando hace apenas unos días Albert Barranco fue evacuado de los Cayos Cochinos por un cólico nefrítico, ahora ha sido Jorge Pérez quien se ha desvanecido en la playa luego de intentar pescar algo de comida para el grupo.
EL SOCORRO DE JORGE
“Ayúdame José a tumbarme, me estoy mareando”, dijo Jorge con la voz entrecortada a José Antonio Avilés, quien de inmediato corrió a socorrerlo junto a sus compañeros.
El Guardia Civil comenzó a sentirse nauseabundo mientras pescaba, por lo cual el resto de los supervivientes procedieron a tumbarlo en el piso con las piernas sobre el nivel de la cabeza mientras le daban algo de tomar para ayudarlo a superar el mal rato.
TODO POR SU EQUIPO
Al parecer el modelo sufrió una baja de azúcar a consecuencia de su evidente pérdida de peso, algo que él mismo se ha reprochado en ocasiones anteriores, pues según él, le está fallando al equipo.
"La frustración de no tener las fuerzas para hacer las cosas. Saber que no puedes hacer las cosas, notar que no llegas... No me duele por mí, me duele fallar al equipo", le comentó Jorge a Lara Álvarez en una oportunidad.
EL HUMOR ES LA MEJOR MEDICINA
Para verificar si se encontraba bien, Elena comenzó a hacerle preguntas al cantábrico: "Jorge, ¿cómo te llamas?", preguntó la madre de Adara Molinero, despertando el sarcasmo de Avilés, quien ante un estallido de risas le replicó: "¡Hombre, si le dices 'Jorge, ¿cómo te llamas?'".
Poco a poco Jorge fue recuperando su forma mientras respondía las hilarantes preguntas de Elena, que siguió su cuestionario con: "A ver, ¿Avilés es malo o no?", a lo que el policía respondió: "A veces".
Aunque la inexperiencia como socorristas se hizo evidente en Avilés, Flores y Rodríguez, la buena voluntad y la dosis de risa que le proporcionaron ciertamente lo ayudaron a superar el cuadro de descompensación que sufrió.