David Tejera sobre su lucha contra el coronavirus: 'En tu cuerpo hay una guerra'

El periodista aseguró que por un momento pensó que no volvería a ver a los suyos.

David Tejera vivió en carne propia la experiencia de ser un paciente contagiado con COVID-19, y ejerciendo su vocación, lo contó en una crónica que deja al desnudo la fuerte realidad que desde hace casi dos meses mantiene a España y al mundo envueltos en una pandemia cuyo retroceso parece ser muy lento.

CRÓNICA DE UN CONTAGIADO CUALQUIERA

El drama que día a día viven los sanitarios y los pacientes que protagonizan la pandemia fue la cotidianidad de Tejera durante la semana que estuvo luchando por su vida.

Desde su habitación fue testigo de cómo la falta de insumos llevó a médicos y enfermeras a usar bolsas de basura para protegerse de la enfermedad mientras trabajaban incansablemente por salvar vidas, incluyendo la de él.

CUESTIONÓ SU SUPERVIVENCIA

"En tu cuerpo hay una guerra que te come los músculos y te hunde las uñas de las manos. Tienes la piel cuarteada", describió el ex de la Reina Letizia en el texto que refleja miedo, preocupación, tristeza e ira por las circunstancias que atraviesa gran parte de la humanidad.

La sensación mental y emocional ocasionada por la enfermedad podría ser casi tan letal como la física, según el relato del autor que no solo se enfrentó a la fiebre, a la dificultad de respirar y a la sensación de pesadez que muchas veces lo hizo dudar si volvería a ver a los suyos, también tuvo que sobreponerse al ajetreo que escuchaba a diario desde su cama, donde tuvo hasta tres compañeros de cuarto.

UNA GUERRA POR DENTRO Y POR FUERA

"Pesan los días enfermo. Cada minuto a solas. Piensas en todo y ahorras cada átomo de energía porque sigues siendo plomo. El control no para. No para. De una habitación a otra, de un paciente a otro. Necesitan camas", apuntó David, consciente de que además de la lucha contra el coronavirus, es solo parte de un sistema que considera corrompido.

Luego de días llenos de malestar, miedo e incertidumbre, el periodista finalmente recibió el alta médico y aunque estaba aliviado por haber superado la peor parte de la infección que casi lo manda a la UCI, no podía evitar el temor por llegar a casa y contagiar a los suyos.

Al salir del ambulatorio Tejera se consiguió con calles vacías y autoridades haciendo declaraciones en televisión abierta que distan de la realidad que él vivió y de los hechos que vio. El escenario, aunque guardaba una promesa de vida, fue inevitable que le provocara una ira y una vergüenza ajena que prefirió mitigar con descanso y sueño.

Ahora que el virus ya no está en su sistema, el periodista forma parte de los más de 70.000 recuperados que han tenido la suerte de vivir para contar la historia.