Chiste del día: Dos perros y un gato mueren y tienen su entrevista con Dios para entrar al cielo
La risa es medicina para el alma sobre todo en tiempos difíciles. Hoy, por ejemplo, traemos una divertida historia sobre mascotas para alivianar tu estadía en casa.
Nadie sabe que hay después de la muerte, pero parece que estos animales sí que lo han experimentado y su historia es hilarante.
Dos perros y un gato mueren y se van al cielo. Una vez allí son llevados ante Dios,quien los entrevista para determinar cuál será su destino. Entonces, el ser supremo le pregunta al primer perro: "¿Qué hiciste cuando estabas vivo en la tierra?".
Un perro y un gato descansan juntos con los ojos cerrados. | Foto: Pixabay
El animal se apresura a responder: "Durante 15 años fui un perro guía para una persona ciega. Me mataron protegiéndolo de ser atropellado por un taxi".
"¡Muy bien!", dijo Dios. "Te sentarás a mi lado izquierdo".
Dios dirige su atención al segundo perro y le dirige la misma pregunta acerca de su labor en la tierra cuando estaba vivo. El can responde: "Fui un perro policía durante 12 años. Me dispararon y me mataron tratando de someter a un ladrón de bancos armado".
Representación de las puertas del cielo. | Foto: Shutterstock
Dios sonríe y asiente: "¡Muy bien!. Te sentarás a mi lado derecho".
Después de interrogar a los dos perros y asignarles un lugar en el cielo, Dios vuelca su mirada al gato y comienza a preguntar: "¿Qué hiciste?". De inmediato, el gato no dudó en interrumpir para decir: "Estás en mi silla".
Bueno y es que los animales no dejan de sorprendernos y protagonizar algunas escenas realmente graciosas. Por eso aquí va otro chiste relacionado con una mascota que habla.
Un hombre entra a un bar con su perro y le dice al cantinero: “Este es un perro que habla. Si este perro puede responder a sus preguntas, ¿podemos tomar bebidas gratis?”.
El camarero necesitaba corroborar la información de su cliente, así que procedió a hacer algunas preguntas al animal de compañía, autorizado por su dueño, quien parecía muy convencido.
El cantinero miró al perro y le preguntó: "¿Cómo se llama la parte superior de la casa?". El perro respondió: "¡Techo!". Luego, el empleado del bar preguntó: "¿Cómo se siente la corteza de los árboles?". "¡Áspero!", dijo el can.
El barman, casi convencido, hizo una última pregunta: "¿Cómo se llama mi novia?" y el perro se apresuró a decir: "¡Piedad!".
Claramente molesto, el cantinero le dice al hombre que ya es suficiente, que su perro no puede hablar y ambos deben abandonar el lugar. Una vez afuera del bar, el perro mira tristemente a su dueño y le dice: "¿Debería haber dicho Stacey?".
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Fuente: Reddit, Start at 60.