Infanta Elena de Borbón: la imposibilidad de reinar y otras injusticias de su vida
La relación entre la infanta Elena de Borbón y su padre es buena y cotidiana. Sin embargo, fue él quien decidió en el pasado que ella no fuera reina.
Su vida actual es bastante reposada: vive a solas con su perra y sin sus hijos. Se la ha visto pasear a su mascota con tapabocas, aplaudir a los sanitarios desde el balcón, y hasta cantar "Resistiré" en un video.
La infanta Elena en Madrid, en 2018. | Foto: Getty Images
PRIVADA DE REINAR
Esta vida reposada contrasta fuertemente con lo que hubiera podido ser su destino. Dado que en España no impera la ley sálica, y que ella es la primogénita de don Juan Carlos, por decisión de su padre le ha sido removido su lugar en la línea sucesoria.
El rey insistió, en su momento, en que la Constitución debía precisar que el heredero del trono debía ser un hijo varón.
El príncipe Juan Carlos, su esposa y la recién nacida infanta Elena en 1963. | Foto: Getty Images
"Mi hija mayor no está en condiciones de reinar", fue su única explicación, citado por Lecturas.
Sin embargo, nunca aclaró por qué motivo esto podría ser así. Todas las personas que trataron con ella durante su infancia la caracterizaban como una niña y luego una joven perfectamente normal.
La infanta Elena aplaude a los sanitarios desde su balcón, en abril de 2020. | Foto: YouTube/CHANCE
Ella aceptó esto, de todas maneras: "Rezo para que no le pase nada a Felipe, no soportaría ser reina", confió alguna vez a sus amigos, según refiere Lecturas.
EL AMOR Y EL DESAMOR
Se dedicó entonces a su pasión por los caballos y a una vida despreocupada. Sin embargo, el amor no la trataría tan bien. Su amor de juventud, Luis Astolfi, la abandonó por otra mujer, y ella quedó con el corazón roto.
La boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, en 1995. | Foto: Getty Images
Se pondría años después en pareja con Jaime Marichalar, un hombre de la baja nobleza castellana, elegante pero sin fortuna. Habría de casarse y tener dos hijos con él. Pero no sería un matrimonio feliz, y trascendieron rumores de una posible separación.
Sin embargo, en 2001, Marichalar sufrió un ictus, y ella decidió permanecer a su lado durante la enfermedad. Se instalaron en Nueva York durante los tres largos años que duró el tratamiento.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar en la boda de Laura Ponte y Beltrán Gómez Acebo, en 2004. | Foto: Getty Images
Sin dinero y con su matrimonio en ruinas, tras la recuperación la pareja vuelve a Madrid. Ella estaba embarazada, pero perdió al hijo que esperaba.
Enfrentada a la voluntad de sus padres, se divorció de Jaime, y pasó a vivir su vida en soledad. Al día de hoy, ella y su exmarido no se dirigen la palabra.