Chiste del día: una mujer dio a luz y al llegar del hospital le pide a su marido comprar frutas

¿Te ha pasado que cuando crees que haces algo perfectamente bien y hasta mejor de lo que esperabas, en realidad has cometido un ‘gran error’ para alguien más?

A un sujeto llamado Gilberto, quien estaba a punto de tener un hijo, le ocurrió esto: El día en que su esposa finalmente traería al mundo al hijo que ambos procrearon, le recordó que por más de un mes lo único que podía comer era frutas. Muchas frutas.

Cuando llegan del hospital con su bebé en brazos, la primeriza le dice al marido: “Ahora sí Gilberto, como ves, acabo de dar a luz, recuerda que no hay nada de frutas por 45 días”.

Dicho esto, la mujer le entrega 50 pesos, pero no sin antes exigirle que buscara la manera de regresar a la casa con todos los frutos necesarios para que ella estuviese bien alimentada por todos los días que venían.

Gilberto tomó los 50 pesos y se fue a hacer la compra. En el camino se encuentra a su comadre de toda la vida, quien le preguntó hacia dónde se dirigía.

El hombre le cuenta toda la historia con la esposa y cuando finaliza, la mujer que tenía al frente le dice: “Mire compadre, si quiere yo le hago el favor. ¡Tengo una frutería!”.

Gilberto, gratamente sorprendido accede. Ambos se van al negocio de la comadre y una vez allí, escogen todas las frutas que le ha mandado el doctor a la nueva madre.

Muy contento, el hombre se marcha de regreso a su casa, sintiéndose satisfecho porque la comadre solo le cobró 20 pesos por las frutas. Cuando llega a su hogar, le dice a su mujer que le había ido muy bien con la compra.

Sorprendida, la esposa le pregunta adónde había ido a comprar las cosas, y su marido le responde: “No pues, fui con la comadre”.

"En serio y ¿cuánto te cobró por las frutas?", volvió a preguntar la mujer.

Entusiasmado, Gilberto le responde que solo había gastado 20 pesos, y le da los 30 de cambio, pensando que la madre se alegraría por esto, pero en realidad ocurrió todo lo contrario.

“¡Qué comadre tan descarada!”, manifestó la esposa. “El compadre viene siempre aquí a la panadería cuantas veces quiera y no le cobro ningún centavo por los panes que lleva a su casa”.

Otro chiste que seguro te hará reír es el de dos policías curiosos que hacían guardia en una plaza del pueblo donde trabajaban.

Los uniformados se acercaron a un hombre misterioso que guardaba los restos con semillas de las manzanas que se comía. La razón los dejó atónitos.

Fuente: Chistes Geniales