El evento que reunió a toda Marbella: la boda de Lolita Flores y Guillermo Furiase
Han pasado 37 años de aquel día en que la iglesia de la Encarnación de Marbella se llenó de personas en tangas y bikinis que casi impiden la unión matrimonial de la cantante española y el argentino.
Este 25 de agosto fue recordada por Vanity Fair la boda entre Lolita Flores y Guillermo Furiase, un evento que reunió a toda Marbella, pero que no fue el día más feliz de sus vidas.
Lo que se tenía previsto como una ceremonia espectacular, bien organizada y con invitados famosos, se convirtió en un circo, luego de la invitación pública de la hija de ‘La Faraona’ para que todo aquel que quisiera asistiera a su matrimonio religioso.
OLEADA DE CURIOSOS
Ante el anuncio que hizo Lolita en Estudio Abierto en mayo de 1983 y en donde le dijo a José María Iñigo que todo el que lo deseara podría entrar a la iglesia, la colectividad respondió a su llamado.
Fue así como una oleada de curiosos inundó el lugar el día de la boda y casi se suspende la realización de la ceremonia eclesiástica, pues entre el escándalo de los presentes y el tumulto de miles de personas llevó a la madre de la novia a pedir el desalojo del lugar.
Sin embargo, no le hicieron caso y el evento se volvió un caos total que tuvo como desenlace una ceremonia oficiada por el cura en la oficina parroquial y que solo duro unos tres minutos.
MÁS DE CUATRO MIL ASISTENTES
En medio de más de cuatro mil asistentes los novios entraron a la iglesia con mucha dificultad. El templo, la plaza donde está ubicado y todos sus alrededores estaban abarrotados de curiosos que quería presenciar la boda de la artista con el argentino.
Las tiendas cercanas estaban cerradas pues desde muy temprano turistas y locales llegaron a la iglesia en Marbella para festejar junto a Lolita su matrimonio. El colapso era total.
La preocupación de Lolita se acentuaba mientras iba del brazo de su padrino de bodas el torero Manuel Benítez. En medio del gentío intentaban abrirse camino con ayuda de la policía, pero no era mucho lo que alcanzaban a hacer los funcionarios de seguridad.
Más del triple de personas permitidas llenaron la iglesia lo que desató la furia de Lola Floras quien luego de las súplicas del presbítero para que los asistentes hicieran silencio tuvo que gritar que si alguien en el lugar quería a ‘La faraona’ se marcharan del sitio porque su hija no se podría casar.
Pero nadie atendió su llamado por lo que la celebridad española culpó a la multitud de curiosos por lo que llegara a pasar en el matrimonio de su hija si se llegaba a dar.
Entre tanto, la madre de Guillermo Furiase comenzó a sentir vergüenza por lo que ocurría y estaba indignada por el tumulto de personas que en su vida solo habría visto cuando Eva Perón vivía en Buenos Aires.
Las flores dispuestas para la decoración no sirvieron de nada, luego de que el cura casara a los novios en su oficina, los espacios de la iglesia quedaron repletos de bolsas vacías de chucherías y latas de refrescos.
Hasta los medios lamentaron el escándalo público registrado en la boda de Lolita, evento en la que distinguidos invitados entre celebridades y otros tuvieron que lidiar con la muchedumbre que abarrotó el lugar con muy mal comportamiento.
EL FESTEJO
Luego de lograr darse el ‘sí, quiero’, Lolita y Guillermo partieron junto a los invitados a un restaurante libanés donde tenían un banquete previsto para 600 personas, aunque sus comensales eran 450.
Pero, aunque quisieron ser previsivos teniendo comida extra, al final llegaron al lugar 850 personas que nada tenían que ver con lo sucedido en la iglesia.
No cabe duda de las duras horas que vivió Lolita el día que debió ser el más feliz de su vida, pues lo ocurrido en la ceremonia religiosa y posterior no solo la afectó a ella sino a su familia que estaba muy molesta y a la del novio, que estaba indignada por lo ocurrido.