La vida de Teresa Rivero cinco años después de la muerte de su marido José María Ruiz-Mateos y el arresto de sus hijos
Las autoridades embargaron las propiedades y la herencia de la familia que durante años fue referente de éxito en la alta sociedad española.
Todo lo que sube tiene que caer, pero para los Ruíz Mateos la caída ha sido estrepitosa. Tras la expropiación de Rumasa y posterior muerte de José María Ruiz Mateos, la vida del clan se vino abajo.
Teresa Rivero, viuda del empresario, ha visto cómo el imperio bodeguero que su esposo construyó y su vida familia se ha ido desmoronando en los últimos cinco años. No solo ha perdido la mayor parte de su patrimonio, todos sus hijos varones están en la cárcel desde el año pasado.
DESHEREDADOS
Desde que el patriarca de la familia fue condenado a prisión por fraude, insolvencia y estafa, los días para los Ruiz Mateos se tornaron cada vez más opacos. Al poco tiempo de ser encarcelado, el empresario sufrió una neumonía que no pudo superar. Tenía 84 años cuando murió.
Con José María fuera de la ecuación, el juzgado procedió a investigar a sus 13 hijos, quienes también fueron despojados de sus herencias. Al poco tiempo, Zoilo, José María, Francisco Javier, Alfonso, Pablo y Álvaro fueron arrestados por los mismos cargos que su padre.
JUNTOS EN LA CÁRCEL
Aunque los hermanos no tuvieron problema en responsabilizar al magnate por la compra fraudulenta de un par de hoteles, el Paguera en Mallorca y el Beverly Park Maspalomas, en Canarias, la Audiencia de Palma les impuso condenas de aproximadamente seis años.
Tras perder su casa de Aravaca, la matriarca se ha mudado de Madrid para refugiarse en su natal Cádiz, donde junto a su hija Paloma ha ocupado un chalet en Vistahermosa, El Puerto, una de las pocas propiedades que les quedan, aunque según "El País", la viuda está viviendo alquilada en un piso en la capital.
PREOCUPADA POR SUS HIJOS
Se dice que doña Teresa vive aterrorizada por lo que pueda pasar, pues uno de sus hijos fue diagnosticado de COVID-19 cumpliendo su sentencia junto a su hermano en la cárcel de Aranjuez. José María hijo contrajo el virus en la que sido considerada una de las prisiones con más infectados en España. Tras el positivo, Zoilo, su hermano y compañero de celda, también fue puesto en cuarentena.
Con sus chicos siendo víctimas de la pandemia mientras están presos, a la anciana sólo le queda esperar los mejor en el juicio que sus hijos tienen en puertas, en el cual podrían extenderles las condenas.
LA CAÍDA DE UN IMPERIO
Considerados uno de los clanes más influyentes del país, los dueños de Rumasa se declararon inocentes y acusaron a José María padre de todos los cargos que se les estaban imputando, asegurando que actuaron sólo cómo asesores. Pero una de las hermanas, Begoña, confirmó la culpabilidad de sus seis hermanos.
Envuelta en circunstancias un tanto incómodas, la ex presidenta del Rayo Vayecano parece estar lidiando con uno de los tragos más amargos de su vida.
Aunque cuenta con la compañía de una de sus siete hijas, la pandemia le ha impedido visitar a sus hijos prisioneros, lo cual pudo haberle afectado negativamente el ánimo, pues según fuentes cercanas a ella, ya no se la ve ni en el supermercado aledaño a su residencia.
Otro miembro de la alta sociedad que ha vivido la pandemia tras las rejas es Iñaki Urdangarin, quien tras dos años recluido en la cárcel de mujeres de Brieva, vivió la cuarentena sin los permisos que hacían de su rutina más llevadera. Pero a diferencia de los Ruiz Mateos, al ex duque de Palma parece que la suerte pronto comenzará a sonreírle.