Ann Getty: la filántropa y diseñadora de interiores muere a los 79 años
La generosidad era uno de los rasgos más resaltantes en la esposa del heredero de John Paul Getty.
Esta semana, el mundo despide a una figura que usó su fortuna para marcar la diferencia. Ann Getty falleció a los 79 años de edad por un ataque al corazón que dejó desolados a sus hijos, a su marido y a quienes fueron tocados por su espíritu altruista.
Las recaudaciones de fondos con fines benéficos celebradas en su mansión le permitieron financiar proyectos para instituciones como la Sinfónica de San Francisco y la Universidad de California, la Fundación Leakey, entre otras.
UNA MUJER BONDADOSA
Cualquier persona con alma altruista en San Francisco, sabe que Ann era un referente. La diseñadora de interiores abría las puertas de su hogar para albergar eventos benéficos a los que destinaba generosas donaciones.
En sus 56 años vinculada con la familia Getty, Ann promovió las artes financiando proyectos para conservatorios, óperas, museos, universidades, e incluso creó un pre-escolar en la ciudad.
EL PRINCIPIO
Nacida como Ann Gilbert, creció en una granja productora de maní en el condado californiano de Yuba, pero sus aspiraciones estaban lejos del campo.
Tan pronto terminó el bachillerato, la pelirroja estudió Biología, Paleontología y Antropología en Berkeley, mientras trabajaba en el departamento de cosméticos en un almacén de lujo de San Francisco. Pero todo cambió cuando conoció al cuarto hijo del magnate petrolero John Paul Getty.
Inquieto por las artes, Gordon Getty mostraba mucho interés por la música y no por el negocio de su padre. Tras meses de romance, la pareja se casó en 1964 en Las Vegas y comenzaron una vida juntos que, entre tantas cosas, les dio cuatro hijos.
USÓ SU PODER PARA GENERAR CAMBIOS
En 1976, Ann comenzó sus andanzas por la filantropía cuando J.P. Getty falleció y dejó a Gordon a cargo de sus empresas y de un fideicomiso de más de 2.000 millones de dólares. Desde entonces, la joven entusiasta compartió sus días entre impulsar causas nobles y viajar por el mundo.
En 2003, la esposa del compositor emprendió la "Ann Getty House Collection", un amplio compendio de antigüedades y de muebles creados y construidos por ella misma con la ayuda de un equipo de diseñadores y artesanos.
AMANTE DE LA BUENA VIDA
Aunque Ann ocupó gran parte de su tiempo atendiendo su vena filantrópica, no dejó de lado su interés por la antropología. Con frecuencia visitaba lugares históricos o museos, que solían tener piezas de arte donadas por ella.
La pelirroja y su esposo fueron trotamundos, pero ella en realidad amaba estar San Francisco y disfrutar de las actividades que la ciudad ofrece,. Era normal verla en funciones de la sinfónica o en el "Oracle Park" para el primer juego de temporada del equipo local de béisbol, "San Francisco Giants".
UN GRAN EJEMPLO
La partida de esta diseñadora, antropóloga y filántropa, sin dudas dejará un gran vacío en la sociedad sanfranciscana.También hay quienes, a pesar de no tener una cuenta bancaria con 2.000 millones de dólares, hacen su mejor esfuerzo para generar aportes positivos en su comunidad.
Ejemplo de esto es Antonio Gwynn, un joven de 18 años que durante más de 10 horas limpió calles de Nueva York tras las protestas que generaron caos en la ciudad. Su gesto desinteresado rápidamente se hizo viral, y reflejó que ser agente de cambio es cuestión de actitud y de voluntad.