Yadhira Carrillo al borde del llanto pide que "ya suelten" a Juan Collado porque "ya es suficiente"
El marido de Yadhira Carrillo, el abogado Juan Collado, lleva más de un año preso. Su esposa rogó públicamente por su liberación.
La actriz Yadhira Carrillo fue captada por las cámaras cuando salía de Televisa. Acudió al canal como parte de una campaña en defensa de los derechos de los animales.
Tenía un segmento en el programa 'Hoy', para pedir la adopción para algunos animales que rescató y cuidó, en un espacio que le fue cedido por la defensoría animal. Presentó una “pasarela de perritos en adopción” con los simpáticos caninos, para que busquen su hogar definitivo.
Su marido, Juan Collado, se encuentra en prisión desde el mes de julio de 2019, acusado de delitos de fraude, lavado de dinero y asociación ilícita.
La entrevista se dio a través de la ventana de un coche. La actriz lucía acongojada, y la voz le tembló al hablar de su marido.
"Por favor, ya que me lo suelten", rogó la actriz ante la prensa. "Ya es mucho tiempo, ya es suficiente".
Defendió a su marido, y aseguró que es inocente de los cargos que se le imputan. Según Carrillo, su esposo está injustamente privado de su libertad.
"No le encontraron nada", aseguró sobre la investigación. "Es el mejor pagador de impuestos".
E insistió: "de verdad es una persona súper ordenada".
En la breve entrevista, la actriz también descartó un posible regreso profesional. Remarcó que su único interés en el canal eran los perros a los que quería dar voz.
También le preguntaron sobre Angélica Rivera, la exesposa del expresidente Enrique Peña Nieto. Esto en referencia a una investigación periodística reciente que la involucra.
"No tengo contacto con Angie", aseguró.
Y añadió que no la ha vuelto a ver durante los últimos dos años.
Al cumplirse, en julio pasado, un año de prisión de su marido, Carrillo había manifestado su confianza en que todo se resolvería pronto. Destacó también que esta experiencia los ha unido como pareja, contra lo que podría pensarse.
Sin embargo, pese a la falta de pruebas, su marido continúa preso. Y ella, evidentemente, empieza a perder el temple y dejarse ganar por la angustia.