Mariah Carey recuerda el día que conoció a Lady Di: "Éramos como animales atrapados"
Entre las páginas de su nuevo libro titulado ‘The Meaning of Mariah Carey’, la diva narra su inolvidable encuentro con la princesa más amada, Lady Di.
Mariah Carey publicó su libro autobiográfico, escrito junto a Michaela Angela Davis, el pasado 29 de septiembre. Allí describe con crudeza muchos recuerdos de su vida.
A lo largo de sus páginas, la controvertida intérprete comparte episodios de su difícil infancia, de su vida profesional y de su fallido matrimonio. Sin embargo, un encuentro con la inolvidable Diana Spencer, cuando era la princesa de Gales, le dejó una profunda impresión.
"Tenía esa mirada: el terror sordo, ardiendo tras sus ojos, de no quedarse nunca sola. Las dos éramos como animales atrapados en ese mundo de alta costura", dice Mariah en su libro, según cita 'Vanitatis'.
Lady Di y Mariah coincidieron en Nueva York, en una fiesta de moda dada por la revista Vogue en 1995. La diva no pudo evitar poner su mirada en la princesa, observándola con total admiración y curiosidad.
Carey se sintió plenamente identificada con Lady Di en ese momento, pues ambas estaban rodeadas de personas que aunque no tenían intención de hacerles daño, ciertamente querían algo de ellas. Sin embargo, su amor y admiración por la princesa se remontaba a un tiempo atrás.
Dos años antes de ese encuentro, Carey se había inspirado en el traje que usó Diana en su matrimonio con el príncipe Charles. Así llegó al diseño de su propio vestido de novia, que confeccionó Vera Wang por la módica suma de 25 mil dólares, y con el que se casó con Tommy Mottola.
SOMOS LOS MEDIOS
En una reflexión que hace Carey sobre la presencia constante de los paparazzi en la década de los 90, expresa que para Lady Di hubiese sido muy positivo vivir en esta época de redes sociales. Piensa que le habría servido para lidiar con la soledad que sufría y además, recibir el apoyo de su público ante las críticas y el acoso.
“Somos los medios de comunicación. Ojalá la princesa Diana hubiera vivido lo suficiente para tener Instagram o Twitter. Ojalá hubiera vivido para ver a la gente convertirse en la propia prensa”, dice Carey.