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facebook.com/sheena.walsh.39
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Mujer ruega desesperada a sus vecinos que dejen de alimentar a su gata con sobrepeso

Mayra Pérez
04 ene 2021
17:00

La glotonería no es algo exclusivo de los humanos. Esta enorme gatita ya no pasa por la puerta, pero va por ahí con su carita desolada pidiendo golosinas.

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Sheena Walsh es la dueña de Iris, una hermosa gata gris de enormes ojos color cobre, y está al borde de la desesperación por el aumento desmesurado de peso de su mascota.

A pesar de tener bajo control la dieta de su felina, su peso no deja de aumentar, por lo que ha decidido pedir a sus vecinos a través de las redes sociales de su comunidad que dejen de alimentarla.

“Iris está en una dieta estricta para que recupere su silueta femenina. Si ella viene a ti con los ojos suplicantes como si se pudiera comer un caballo, por favor, ¡no la alimentes!”, pide Walsh.

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La publicación de Sheena ha provocado graciosas respuestas por parte de sus seguidores, quienes en general opinan que Iris luce muy hermosa con sus curvas. Algunos compartieron anécdotas con sus mascotas glotonas.

“Teníamos un perro y en las fiestas le colgábamos un cartel que decía: por favor no me alimentes. ¡Tenía los mismos ojos suplicantes de Iris!”, “Tengo dos gatos gordos, que maúllan como que nunca los he alimentado”, comentaron.

HISTORIA DE IRIS

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Iris es una gatita de la raza Británica pelo corto, cuyo peso promedio en las hembras es de unos 3,5 kg y en los machos puede llegar a los 5 kg. Ella está rondando los 7,5 kg actualmente.

En la última visita al veterinario, él le indicó a Iris una dieta muy estricta baja en grasas y calorías, para que pierda algo de peso y poder someterla a una cirugía que requiere sin riesgos.

Sin embargo, el peso de la felina no ha dejado de aumentar, al punto de que ya ni siquiera puede pasar por la puerta para gatos, así que pide que le abran para entrar y salir de casa.

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Esto llevó a Sheena a sospechar que algún vecino bien intencionado, o quizás varios, se conduelen con la presencia de Iris en sus puertas pidiendo alguna golosina, mientras los mira con sus tiernos ojos.

En principio consideró la posibilidad de no dejarla salir. Los otros gatos de Sheena viven dentro de casa en armonía y tranquilos, pero a Iris le estresa quedarse adentro y por eso le permiten salir.

“Te prometo que no tiene hambre y come bien en casa. Puede que vea con sus ojos tristes para decirte que no ha comido nada en media hora”, dijo Walsh.

Sheena aclara que aunque su gata es feliz así como está, la verdad es que su gordura no es saludable y ellos quieren tenerla en la familia por muchos años.

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