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Gabriel Villena Fernández, Cowboy show - cowboys on horses, CC BY-SA 2.0 ,Wikimedia Commons
Gabriel Villena Fernández, Cowboy show - cowboys on horses, CC BY-SA 2.0 ,Wikimedia Commons

Chiste del día: un vaquero entró en un pueblo y se detuvo para tomar una copa

Stef Colina
28 dic 2020
12:20

El chiste del día de hoy trata sobre un vaquero que llegó a la ciudad y se detuvo a tomar una copa, pero mientras lo hacía, le robaron el caballo. Así que tomó cartas en el asunto.

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Un vaquero entró en una ciudad y se detuvo para tomar un descanso en un salón local. Se suponía que iba a ser una visita espléndida, pero los lugareños a menudo tenían la mala costumbre de meterse con extraños haciéndoles bromas pesadas.

Una foto de un vaquero con su caballo. | Foto: Pixabay

Una foto de un vaquero con su caballo. | Foto: Pixabay

EL CABALLO ROBADO

El vaquero saboreó la bebida y, una vez que terminó, salió solo para descubrir que le habían robado su caballo. Regresó a la barra, arrojó su arma al aire y la atrapó sin mirar, antes de soltar un disparo al techo.

Molesto, gritó a los ocupantes del bar: "¿¡Quién de ustedes se robó mi caballo!?" Todos fingieron que habían escuchado y continuaron con sus actividades.

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UNA FUERTE AMENAZA

Ante la falta de respuesta, el hombre enfurecido lanzó una lapidaria advertencia:

"Muy bien, voy a tomar otra cerveza, y si mi caballo no está afuera cuando termine, haré lo que quiera en Texas! ¡Y no me gusta tener que hacer lo que quiera en Texas!".

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ESTA VEZ SI LO ESCUCHARON

Esta vez, su advertencia llegó a algunos de los lugareños y se inquietaron. El vaquero se mantuvo fiel a su promesa y se tomó otra cerveza antes de reanudar su viaje.

Para su sorpresa, su caballo ya había sido devuelto. Se subió y se preparó para salir de la ciudad cuando el camarero se le acercó y le preguntó qué hacía en Texas. El vaquero sonrió y dijo: "Tenía que caminar a casa".

UNA CARA ESTADÍA

Otro chiste divertido cuenta la historia de una mujer mayor que se registró durante la noche en un hotel caro para celebrar su cumpleaños. A la mañana siguiente, la abuelita de 70 años recibió una factura de 250 dólares, un monto que le pareció demasiado.

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La trabajadora explicó que esa cifra era la tarifa estándar. Pero la anciana no quedó satisfecha con la explicación y exigió hablar con el gerente. Al ver a la mujer mayor, este le comentó los beneficios del hotel.

UNA ABUELA ASTUTA

Sin embargo, la mujer insistió que no usó esos atributos por lo que no deberían cobrarle tanto. Después de mucho ir y venir, la mujer finalmente decidió pagar y le dio un cheque al gerente por tan solo 50 dólares.

El encargado preguntó por qué ese monto. La mujer dijo que le cobró 200 dólares por acostarse con ella. Sorprendido, el hombre dijo que no se acostó con ella. La mujer respondió: "Bueno, qué lástima. Estuve aquí y podrías haberlo hecho". ¡Ese es un claro ejemplo de ojo por ojo!

Fuente: Startsat60

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