Anciana confundida con otra fue dada por muerta por COVID y reapareció sana 10 días después
Una terrible confusión ha provocado gran sufrimiento en dos familias. La noticia causó impacto en la residencia donde estaban las ancianas.
La historia de Rogelia Blanco y Concepción Arias resulta desconcertante. Una serie de circunstancias provocaron que las identidades de dos ancianas fueran confundidas, con terribles consecuencias para sus familias.
Todo comenzó cuando Rogelia y Concepción, quienes compartían habitación en la Residencia de San Bartolomeu de Xove, en Galicia, resultaron contagiadas con el covid-19 y ameritaron ser trasladadas en ambulancia hasta el hospital.
El vehículo en el que viajaban las ancianas aparentemente se averió y en el cambio de ambulancia posiblemente surgió el error que hizo que en el hospital se intercambiara la identidad de las mujeres.
Algunos días después, lamentablemente falleció una de ellas. En el hospital estaba identificada como Rogelia, por lo que la familia fue debidamente notificada. Inclusive su esposo, quien también vive en la residencia, supo de su muerte.
Debido a los protocolos establecidos por la pandemia, la familia nunca pudo ver a su ser querido y el ataúd permaneció cerrado durante los oficios pues la muerte fue ocasionada por el coronavirus.
Imagen referencial de un ataúd. | Foto: Shutterstock
REAPARICIÓN DE LA FALLECIDA
Poco más de una semana después, la anciana de 85 años que fue dada por muerta reapareció en la residencia, causando una gran conmoción entre todo el personal. Ellos estaban esperando a Concepción, quien supuestamente se había recuperado del covid-19.
“No sabíamos a quién enterramos. Parece que fue supuestamente una tal Conchita que era a quien se esperaba en la residencia, pero fue Rogelia la que llegó”, dijo Lorena Ruiz-Giménez, sobrina nieta de Rogelia, según recoge RTVE.
Mujer mayor con su cuidadora. | Foto: Shutterstock
La directora de la residencia tuvo una doble tarea, ambas con consecuencias emocionales muy intensas para los familiares de Concepción y de Rogelia.
Para la familia de la señora Blanco, la noticia es agridulce, porque si bien resulta maravilloso saber que está viva y de vuelta a su residencia habiendo superado el coronavirus, no es menos cierto que vivieron días de mucho sufrimiento luego de enterrarla. Su esposo aún no logra asimilar la noticia.
Por otra parte, la familia de la señora Arias había recibido previamente un comunicado informándoles que Conchita estaba fuera de peligro y que en unos días podrían visitarla, y de pronto se enteraron de que había fallecido y que su cuerpo había sido sepultado diez días atrás.
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