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Esperó a su amor perdido por casi 50 años donde prometieron encontrarse, hasta que murió

La lealtad de este hombre al amor de su vida siempre será recordada por aquellos que lo conocieron y por los usuarios de Twitter que vieron su historia.

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Pak Arifin se sentaba diariamente en la misma esquina desde los años 70 a esperar que su amada llegara, aunque no sabía si ella aún estaba viva.

El hombre llegaba desde su casa cada día para sentarse afuera de una tienda en Malang, Indonesia, con la esperanza de que aquella mujer volviera.

Pareja sentada en un banco mirando al horizonte. | Foto: Pixabay

Pareja sentada en un banco mirando al horizonte. | Foto: Pixabay

De acuerdo con la historia de un usuario de Twitter, el abuelo y su amante fueron separados por cuestiones políticas durante su juventud. Ellos prometieron volverse a ver en ese lugar cuando la ciudad fuera segura.

Sin embargo, la amante del hombre nunca llegó. La espera de Arifin terminó en 2017 cuando fue encontrado tendido en la acera.

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En el hospital indicaron que pudo ser atropellado por algún vehículo, cuyo conductor se dio a la fuga irresponsablemente.

Con la muerte del anciano terminó también la espera de aquella a quien tanto amó durante su vida y a la que cumplió la promesa de amor eterno.

La intención del usuario que publicó la historia de este abuelo leal a su novia de juventud era demostrar que el amor real todavía existe.

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La publicación se hizo viral rápidamente y consiguió emocionar a muchos usuarios de la red social, quienes elogiaron la lealtad de Arifin en el hilo de comentarios.

Pareja hace un corazón con sus manos. | Foto: Pixabay

Pareja hace un corazón con sus manos. | Foto: Pixabay

Este nivel de fidelidad al amor es muy poco frecuente en seres humanos. Sin embargo, los usuarios de las redes han sido testigos de las historias de varios perros que han esperado a sus dueños en los lugares en lo que los dejaron.

La más conocida, y que inspiró una película, fue la de Hachiko. La mascota esperó a su dueño durante 10 años en una estación de tren, donde lo vio por última vez.

El hecho aconteció en Shibuya, Japón, cuando Hidesaburo Ueno, un agrónomo que daba clases en la universidad de Tokio falleció el 21 de mayo de 1925.

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Estatua de Hachiko en la estación del tren de Shibuya, en Japón. | Foto: Pixabay

Estatua de Hachiko en la estación del tren de Shibuya, en Japón. | Foto: Pixabay

Su perro, que solía acompañarlo a la estación de tren cada mañana, se quedó esperando su llegada en la tarde. Sin embargo, el profesor nunca regresó.

Hachiko lo esperó allí hasta que murió y su historia de fidelidad le valió una estatua en aquel lugar y la fama en la industria cinematográfica.

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