Don Jaime de Borbón: el infante sordo al que obligaron a renunciar al trono en favor de su hermano
Era una persona de carácter dócil y afable. Su personalidad era tenaz y, a pesar de las dificultades, nunca se rindió debido a su limitación física.
Don Jaime de Borbón y Battenberg renunció al trono de España por solicitud de su padre, Alfonso XIII, debido a que nació con problemas auditivos.
A pesar de eso, en sus últimos años de vida estuvo exigiendo sus derechos dinásticos de la Casa Real Española para él y para su hijo, Alfonso de Borbón. Sin embargo, sus reclamos llegaron a su fin cuando don Juan Carlos fue nombrado como sucesor por Franco.
El rey Alfonso XIII de España con la familia real, 1922. | Foto: Getty Images
UNA VIDA CONVULSA
El nombre completo del infante era Jaime Leopoldo Alejandro Isabelino Enrique Alberto Alfonso Víctor Acacio Pedro Pablo María de Borbón y Battenberg.
Nació el 23 de junio de 1908 en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. Era el segundo hijo del rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia de Battenberg.
Tuvo una vida desventurada y sacudida. Cuando tenía cuatro años perdió la audición por completo. Según reseñó Mujer Hoy, la causa al parecer fue una infección que sufrió al nacer.
Temiendo que también fuera mudo, sus padres intentaron todo lo posible para conseguir un remedio para su sordera. Sin embargo, no tuvieron éxito.
Dos religiosas fueron quienes le impartieron la educación al infante. Ellas impidieron que se le hablara con lenguaje de signos.
Por varios años recibió descargas eléctricas como tratamiento. Don Jaime incluso aprendió a leer los labios en tres idiomas aparte de su lengua natal: el inglés, el francés y el alemán.
Era una persona de carácter dócil y afable. Su personalidad era tenaz y, a pesar de las dificultades, nunca se rindió debido a su limitación física. Representaba a su padre en eventos públicos.
La reina Victoria Eugenia, consorte del Rey Alfonso XIII, con su madre y sus hijos, Beatriz, María Cristina, Jaime, Juan y Gonzalo, el 16 de marzo de 1928. | Foto: Getty Images
No obstante, su padre consideró que no era apto para heredar la corona. Su hermano Alfonso había renunciado al trono al casarse con una plebeya. Debido a esto, Jaime gozó del título de príncipe de Asturias, heredero del trono, durante diez días.
Pero el rey Alfonso XIII lo empujó a renunciar a la corona para que su hermano Juan de Borbón se convirtiera en rey, pues consideraba que estaba más preparado para recuperar el trono de España después de la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.
Entonces, Juan de Borbón, padre del rey emérito, se convirtió en el heredero de la corona española, aunque Jaime siguió siendo el jefe de la casa de Borbón en Francia y también continuaba teniendo el derecho al trono francés.
Jaime de Borbón, duque de Segovia en Londres con su esposa, la duquesa de Segovia, el 18 de noviembre de 1949. | Foto: Getty Images
RECLAMÓ SU DERECHO AL TRONO
Según reseñó Mujer Hoy, Alfonso XIII presuntamente le había prometido que económicamente siempre sería sostenido por la familia real si renunciaba a sus derechos sobre el trono.
Sin embargo, con el paso del tiempo Jaime contempló que el acuerdo que le había propuesto su padre no se había respetado. Por esto retomó su reclamación por el derecho al trono español.
Tras su renuncia, el infante Jaime perdió el título de alteza real, aunque ostentó el de duque de Segovia. Su padre arregló su boda con Emanuela Dampierre, una noble francoitaliana hija del vizconde de Dampierre.
Aunque era una plebeya, el 4 de marzo de 1935 contrajeron matrimonio. Como fruto de su unión nacieron dos hijos: Alfonso y Gonzalo. El primogénito más tarde se convertiría en el padre de Alfonso de Borbón, quien heredaría el trono de Francia.
Don Jaime y Emanuela no fueron felices. Según el medio de comunicación, ella lo abandonó y se llevó a sus dos hijos en 1946. Poco después, la unión fue anulada legalmente.
Un año después, en 1947, el hijo del Alfonso XIII conoció a Carlota Tiedemann, una cantante alemana con la que contrajo matrimonio y vivió una historia de amor turbulenta y apasionada.
El duque de Segovia mantenía la esperanza de que su primogénito Alfonso pudiera heredar la corona española. Pero perdió la batalla cuando en 1968 Franco nombró a Juan Carlos I como heredero del trono.
Falleció en San Gall, Suiza, en 1975, debido a un golpe en la cabeza tras sufrir una caída en la calle. Sus restos fueron sepultados en Lausana y a mediados de los años ochenta fueron trasladados al Panteón de Infantes ubicado en el monasterio del Escorial.