Tamara Gorro se sincera sobre el momento más duro en su familia: "Me pidieron 70.000 euros por adoptar un niño"
Tamara Gorro inauguró una oficina en el centro de Madrid donde reunió a sus dos productoras y a su promotora.
Gorro le enseñó al portal Diez Minutos su acogedora oficina, que estuvo decorada por Banak Importa, y aprovechó para hablar de su vida con el medio de comunicación español.
“Quería alejarme de la típica oficina fría e impersonal. Había visto otros proyectos de decoración de Banak Importa que me habían encantado. Por eso supe que tenían que ser ellas”, contó.
La modelo está casada con el futbolista Ezequiel Garay y juntos han formado una familia con sus dos hijos, Shaila y Antonio.
Tamara contó que le hace ilusión que su familia aumente, pero que el proceso de adopción que quiso llevar a cabo hace un tiempo se le truncó.
Hace tres años, la presentadora y su esposo querían adoptar a un niño de Uganda. Señaló que su hija ya conocía a Dylan por fotos.
La presentadora explicó que durante el proceso le cambiaron la fecha de adopción, luego tuvo que someterse a varias pruebas psicológicas.
Con respecto al sexo del menor Tamara aseguró que no tenía preferencia por ningún género, solo quería que fuera un niño que estuviera necesitado de amor.
Tras haber recibido la fotografía de Dylan, la pareja le informó la noticia a su familia. Sin embargo, posteriormente recibieron una llamada de su abogado que los desilusionó.
“Me pidieron 70.000 euros por adoptar a un niño. Eze y yo nos miramos y decidimos que no íbamos a comprar un infante”, comunicó a Diez Minutos.
INFANCIA, FAMILIA Y CRIANZA DE SUS HIJOS
Tamara es una influencer y colaboradora de televisión que se describe como una persona normal, ni más ni menos.
La infancia de Gorro transcurrió en un pueblo español llamado Móstoles, en donde día a día, su madre salía de casa a las tres de la tarde para dirigirse a su trabajo y regresaba a las cuatro de la madrugada.
Tamara recuerda que su progenitora dormía cinco horas diarias, ya que se despertaba a las ocho de la mañana para llevarla al colegio.
SU FAMILIA
Sus abuelos también fueron personas muy responsables que buscaban algún oficio para tener un ingreso de dinero.
Su abuelo laboró de aparcacoches, mientras que su abuela limpiaba un centro cultural y se levantaba muy temprano para hacer sus labores. Admitió que nunca se crio entre lujos. De hecho, a veces los envidiaba.
También confesó que cuando era pequeña soñaba con ir a Disney. Sin embargo, las condiciones económicas en su familia no eran las mejores, y eso le causaba frustración a su madre.
SUS HIJOS
La presentadora intenta brindarles la mejor educación a sus hijos y los complace en sus deseos, pero sin que pierdan el norte, ni los valores que le ha inculcado.
Un día a la semana sale a comer con sus chicos y los lleva a un restaurante sencillo. Intenta que ellos valoren las pequeñas cosas.
Explicó que si en algún momento sus niños no quieren estudiar, ni trabajar, ella no les dará dinero. Manifestó que deben aprender a que las cosas se obtienen con trabajo y esfuerzo.