La increíble historia de un hombre que se envió a si mismo por correo desde Australia a Europa en una caja
En 1965, Brian Robson fue el protagonista de un improbable periplo. Su increíble historia se hizo viral décadas antes de que existieran las redes sociales.
Historias como la de Brian Robson son evidencia de que en muchas ocasiones la realidad supera a la ficción. A los 19 años de edad, Robson protagonizó una peligrosa proeza de la que a duras penas salió con vida.
Para el joven, la travesía comenzó como un intento de emigración. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba, y terminó obligado a intentar volver a casa enviándose a sí mismo en una caja por correo.
Brian Robson en Londres en 1965. | Foto: Getty Images
JOVEN EMIGRANTE
En Gales, su país de origen, Robson trabajaba como conductor de autobuses. Con el mundo por delante, el chico decidió hacer maletas y dejar atrás el Reino Unido.
La idea de irse a Australia comenzó luego de que la operadora ferroviaria Victorian Railways le ofreciera un trabajo en la nación. Ante esta oportunidad, Robson no dudó en abandonar su natal Cardiff y la isla de Gran Bretaña.
Dispuesto a recorrer medio mundo, Brian se embarcó rumbo a Melbourne. Fue una larga travesía con paradas en Teherán, Nueva Delhi, Singapur, Yakarta y Sídney. Fue una gran experiencia, aunque la ida sería mucho más cómoda que el regreso.
SIN DINERO
La determinación de emigrante de Robson no duró mucho tiempo. De hecho, apenas llegó al albergue en el cual había reservado su estadía, descubrió que el sitio estaba plagado de ratas.
En el acto, Brian decidió que quería irse de Australia. De todas formas, comenzó su nuevo trabajo y lo ejerció por varios meses. Viajó a través de Australia a pie, y finalmente volvió a Melbourne a seguir trabajando.
Quería volver a casa, pero no tenía ni un centavo. Peor aún, le debía al gobierno de Australia el boleto de ida original. Ambos boletos costaban unas 30 veces su paga semanal, y le era imposible ahorrar.
Cajas de envíos. | Foto: Pexels
Fue en ese momento cuando Robson decidió ponerse creativo. Con ayuda de dos irlandeses que conoció en el albergue, John y Paul, el joven se envió a sí mismo en una caja por correo al Reino Unido.
El galés se preparó con una linterna, una almohada, una botella de agua y un martillo. Imaginó que sería una gran forma de evadir el alto costo del pasaje, Desafortunadamente, terminó siendo una pesadilla.
Una vez en la caja, su paquete fue enviado por una compañía distinta a la que contrató para el servicio. “El avión despegó y fue entonces cuando pensé en el oxígeno. Estos aviones no estaban presurizados”, recordó Robson, según reporta CNN.
CINCO DÍAS DESPUÉS
Brian explicó que realizar un viaje de forma tan peculiar no fue nada sencillo, y menos aún estando de cabeza. Según Robson, se vio obligado a pasar más de 22 horas boca abajo, reposando sobre su cabeza.
El imprevisto cambio de aerolínea hizo que su caja terminara en el aeropuerto de Los Ángeles, cinco días después de lo planeado. Una vez allí, dos trabajadores del aeropuerto advirtieron su presencia y lo ayudaron a salir.
Las autoridades estadounidenses no presentaron cargos contra Robson por ingresar ilegalmente al país, y lo devolvieron a la aerolínea. Luego de esta rocambolesca experiencia, la compañía se encargó de llevarlo a Londres en primera clase.
Calles de Cardiff, Gales, en 1965. | Foto: Getty Images
Ahora, a casi seis décadas de su aventura, el galés busca a los dos hombres que lo pusieron en la caja en aquel albergue de Melbourne. Quiere darles las gracias por su ayuda.