Una abuelita de 94 años simuló un robo porque "quería hablar con alguien"
El pasado 8 de abril, la policía de Lecco, Italia, recibió la llamada telefónica por parte de una ancianita. La abuela les dijo que había sido víctima de un robo en su casa, donde vive sola.
“Sufrí un robo en casa, por favor vengan rápido, tengo tanto miedo”, expresó la mujer. Los oficiales se dirigieron a la vivienda, donde se encontraron con Ersilia Rusconi, de 94 años de edad.
La gran sorpresa para los uniformados fue que la señora de tercera edad había simulado el robo. Se sentía sola y simplemente "quería hablar con alguien", pues no tiene familiares cerca.
Los policías que asistieron a la señora Ersilia, identificados como Antonio y Carmelo, contaron que cuando llegaron al lugar de la denuncia, la abuelita les dijo que los ladrones habían entrado a su casa. Sin embargo, todo estaba en orden.
Después de unos minutos, la doña sintió un poco más de confianza con los oficiales, y les confesó que en realidad solo había llamado para “tener un poco de compañía y encontrar a alguien con quien poder desahogarse externando toda su tristeza y soledad”.
Y es que en Italia, el abandono a la tercera edad sigue siendo común, sobre todo en estos tiempos de coronavirus, en un país donde la agresiva enfermedad afectó tanto a sus habitantes.
“Se sentía sola, quería alguien con quien hablar. Paramos con ella, la alentamos y la consolamos”, refirió Carmelo al medio Corriere della Sera, según explicó la página de Facebook Questura di Lecco.
Lo cierto es que Ersilia sentía miedo por su inminente hospitalización en un asilo de ancianos. Ella solo necesitaba el consuelo de alguien, explicó el oficial Carmelo, por lo que al día siguiente regresaron a la casa de la mujer para distraerla y animarla con dulces de regalo. Y lo mismo hicieron un día después.
Luego de la primera visita, la mujer realizó un segundo llamado. “Estoy buscando a Antonio y Carmelo. Les cociné un postre. ¿Les puedes decir si vienen a verme?”, dijo la anciana. Actualmente, la abuelita vive en un hogar de la tercera edad.
En diciembre pasado, un anciano de la misma edad que Ersilia apeló a la misma estrategia contra la soledad. Él no simuló un robo, ni nada parecido. Simplemente llamó a la policía para expresar que se sentía solo en Navidad y que le hacía falta una persona física para hacer el brindis. El abuelo finalmente pudo estar acompañado.