Un año sin Julio Anguita: bailes, la conexión con María Teresa Campos y la mayor tragedia de su vida
El fallecido político daba todo de sí en las pistas de baile. Incluso bailó un pasodoble con la matriarca de las Campos durante la emisión de uno de los episodios del matinal que dirigía.
El pasado domingo 16 de mayo se cumplió un año del fallecimiento de Julio Anguita. El político murió a los 78 años de edad en Córdoba. Había sufrido un paro cardiorrespiratorio en su domicilio que lo mantuvo durante días en la UCI del Hospital Reina Sofía.
Se desempeñó como diputado en Madrid y Sevilla. También ejerció el cargo de alcalde en Córdoba.
Solía decir en entrevistas que los españoles eran sus jefes, aunque no votaran por él. Por eso tenía que trabajar para que estos le renovaran en contrato.
Cuando dejó de ejercer la política activamente, regresó a trabajar como docente, que era la profesión que más le gustaba desempeñar.
SU AMOR POR EL BAILE
Una de las cosas que más le gustaba hacer era bailar. En varias ocasiones dejó impresionados a los clientes de discotecas de la capital española o Córdoba, cuando lo reconocían en la pista de baile.
“Lo mismo me muevo con Travolta, que con el Dúo Dinámico o con el rock de Miguel Ríos”, manifestó, según reseñó Vanitatis.
En más de una entrevista llegó a reconocer que era “un bailón”. También solía ir a conciertos de diferentes artistas.
SU CONEXIÓN CON MARÍA TERESA
No tenía inconvenientes para otorgar entrevistas. Incluso asistió a ‘Día a Día’ varias veces. María Teresa Campos era la conductora del programa matinal donde había una sección llamada ‘Su señoría es persona’. En ella se mostraba el aspecto más personal y humano del personaje.
En una ocasión, Julio protagonizó un inolvidable momento cuando bailó un pasodoble con la presentadora en su programa. Una vez llevó al plató una caja de ‘Manoletes’ (pasteles dulces caseros). Allí había contado que los hacía una abuela.
Siempre respondía cuando le llamaban para hablar sobre un tema de actualidad, aunque no estuviera relacionado con política. Sin embargo, su vena de docente hacía que se extendiera durante más tiempo del que tenía previsto.
LA FAMILIA DEL EXALCALDE
El padre de Julio Anguita fue militar y él quería seguir sus pasos. Aunque se preparó para ingresar en la Academia, terminó estudiando magisterio y ejerciendo la profesión de maestro, que era su verdadera vocación.
En abril de 1979 dejó su trabajo como docente para ejercer como alcalde. Abandonó la política en 2003 para regresar a desempeñarse en su profesión.
Tras su regreso a la docencia ingresó en el instituto Blas Infante de Córdoba para dar clases de Historia. Allí conoció a Agustina Martín, la que se convertiría en su segunda esposa. Cuando decidieron casarse él tenía 66 años y ella 53.
LA MAYOR TRAGEDIA DE SU VIDA
El expolítico también tenía un hijo llamado Julio A. Parrado que era periodista. Trabajaba como corresponsal de guerra para el diario El Mundo. El reportero viajaba en el interior de Irak con las tropas de Estados Unidos cuando un misil acabó con su vida el 7 de abril de 2003.
Anquita se encontraba en un acto público en Getafe, Madrid, cuando le confirmaron la devastadora noticia. Destrozado, el político se dirigió al público para decir que su hijo murió cumpliendo sus obligaciones de corresponsal de guerra.
Manifestó que quienes habían leído sus crónicas sabían que era una persona muy abierta y buen periodista. “Ha cumplido con su deber y yo por tanto voy a dirigir la palabra para cumplir con el mío”, expresó en aquel entonces, según reseñó Vanitatis.
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