Pareja instala un buzón en su casa para recibir bebés que sus madres no quieran
Una pareja de Namibia, África, tuvo una brillante idea para ayudar a los niños que terminan abandonados en cualquier parte y la puso en práctica con éxito.
Las historias de recién nacidos tirados en basureros u otros lugares por madres desesperadas por el peso de tal responsabilidad, son comunes. El destino de estos pequeños es incierto.
Ronel y Dick Peters se dieron cuenta de que la preocupación por los niños abandonados no era suficiente; necesitaban ocuparse. En AmoMama compartimos contigo la extraordinaria iniciativa de esta pareja.
RUACH ELOHIM
Los Peters siempre han sentido una gran necesidad de proteger a los niños vulnerables. Tienen tres hijos biológicos que ya son adultos, y durante toda su infancia vieron pasar a muchos bebés por su hogar.
“Nuestros hijos crecieron con bebés en la casa, y siempre los han acogido y amado como a su propia familia. Siempre nos han apoyado en este importante viaje para marcar una diferencia positiva en la vida de estos niños”, dijo Ronel, según recoge Namibian.
En abril de 2018, tras mudarse a Swakopmund, Ronel y Dick crearon la fundación Ruach Elohim, que en hebreo significa “Aliento de Dios”. El objetivo era cuidar a niños no deseados, desatendidos o abandonados.
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Con la aprobación de Bienestar Infantil y del Ministerio de Igualdad de Género, la Fundación cuenta con el apoyo de la policía, trabajadores sociales y concejales del país. Y aunque estaban haciendo la diferencia, sentían que no era suficiente.
“Los bebés todavía son abandonados en lugares inseguros. Eso nos llevó a la conclusión de que las madres desesperadas no saben que hay lugares seguros donde dejar a sus bebés de forma anónima”, expresó Peters.
BUZÓN ANÓNIMO
Con esto en mente, los Peters tuvieron una gran idea. Instalaron en el exterior de su hogar una especie de buzón o incubadora, donde la madre puede introducir al bebé e irse sin ser descubiertas.
La idea de esta iniciativa es darle una alternativa a estas mujeres, que en su desesperación dejan a esas pequeñas criaturas abandonadas a su suerte. Tienen la seguridad de que su identidad permanecerá segura y que su hijo estará a salvo.
“Este tipo de esfuerzos reducirán o eliminarán tales males sociales”, dice con optimismo Moses Aebeb, inspector en jefe de la policía de Swakopmund. Tanto la policía como los Peters cuentan con el apoyo y donaciones del público.