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Mujer de 74 años fue robada y desvalijada por la familia que acogió y que debía cuidarla

Mayra Pérez
03 ago 2021
21:20

Su generosidad y confianza en el prójimo no le resultó nada bien a esta anciana, que hoy en día debe vivir en un hogar destruido y sin esperanzas de recuperar sus cosas.

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Con más de siete décadas de vida, Julia Rodríguez era capaz de cuidarse por sí misma en su cómodo hogar ubicado en San Pedro de A Ramallosa, Galicia. Pero una aparatosa caída en la cocina cambió todo para ella.

A la espera de una cirugía y con un par de muletas para desplazarse, supo que necesitaba ayuda. Pero confió en personas equivocadas y ahora sufre las consecuencias. En AmoMama tenemos los detalles de su dramática historia.

Anciana agobiada por la tristeza. | Foto: Shutterstock.

Anciana agobiada por la tristeza. | Foto: Shutterstock.

HERENCIA NO MERECIDA

Julia comenzó a buscar una persona en la que pudiera confiar para limpiar su hogar, hacerle las comidas y ver a diario que ella estuviese bien y quizás acompañarla al médico.

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Una amiga le dio el número de una chica que se podía encargar de la limpieza, y la conexión entre ambas fue muy buena. Cuando la chica le pidió en alquiler el piso de arriba, Julia tuvo una idea.

“Le dejaba la casa sin que me pagara nada a cambio de que miraran por mí; de que me llevaran al médico, de que me llevaran a las compras”, explica la anciana, según recoge Telecinco.

La joven aceptó de inmediato y se mudó al segundo piso con su esposo y sus dos hijos pequeños el pasado 29 de marzo. La chica era un encanto, además de eficiente era muy amable y cariñosa.

Así fue como a Julia se le ocurrió cambiar su testamento para dejarle todo a la cuidadora, siempre y cuando la cuidara y atendiera hasta su muerte. Por alguna absurda razón, eso hizo cambiar completamente a la joven.

De un momento para otro dejó de cumplir con sus obligaciones. No limpiaba, no hacía las comidas, ni siquiera saludaba. Da alguna manera comenzaron a sentirse dueños del lugar y la presencia de Julia comenzó a incomodarlos.

HOGAR DESVALIJADO

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Cuando la anciana protestó, recibió amenazas de parte de la familia que habitaba su hogar. Cuando instalaron una piscina y dañaron el motor del pozo dejando la casa sin agua, Julia decidió llamar a la Guardia Civil.

Tras eso, la cuidadora cortó la luz de la casa y comenzó a recoger sus cosas para marcharse. Pero también desvalijó el hogar de Julia, dejándolo prácticamente inhabitable. Se llevaron hasta las bombillas.

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“Todo se lo llevaron. No quedó nada, ni de cristalería… Nada de nada. Se lo llevaron todo”, expresa Julia apesadumbrada, según cita Telemarinas.

Sin muchas esperanzas de recuperar sus cosas, y necesitando de la colaboración de algunos vecinos por cuanto su casa aún no tiene agua, Julia aún no entiende el horror que tuvo que vivir por su acto de generosidad.

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