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"Cuando escuché el primer 'hola mamá' ya no quería morir": conoció a su hija 48 años después

Georgimar Coronil
19 ago 2021
10:40

Una mujer que salió embarazada a los 13 años quedó devastada cuando su familia le quitó a su hija y la vendió.

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Dévora pasó 48 años sufriendo porque no pudo estar con su pequeña, hasta que la vida le dio una segunda oportunidad.

Ana Paula, quien es la hija de Dévora, también sabía desde el fondo de su corazón que la familia con la que creció no era su familia biológica.

Dévora contó que cuando su madre se dio cuenta de que estaba embarazada, se la llevó a casa de una partera. En este sitio permaneció encerrada durante los dos últimos meses de gestación hasta que nació el bebé.

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Su mamá le dijo que lo mejor era quitarle a su hija, ya que ella era muy joven para asumir esa responsabilidad. Debía estudiar y rehacer su vida.

“Me sacaron a mi bebé y vi cómo una señora vestida con un delantal se llevaba a mi hija. Esa imagen la tengo grabada. Ahí empezó todo mi infierno, porque no hubo un solo día que en que no haya pensado en ella”, confesó.

Por su parte, Ana Paula siempre supo que no pertenecía a su círculo familiar y soñaba constantemente con encontrar a su madre biológica.

A los 25 años, Ana decidió viajar a casa de una tía porque ya no aguantaba más la incertidumbre. Mientras la señora estaba en la cocina pelando unas papas, le dijo que ya sabía que era adoptada.

La mujer volteó enseguida a ver a su sobrina y en ese momento Ana Paula confirmó lo que siempre sospechó. Además, su primo, quien también es adoptado, le dijo que por fin se había enterado de la verdad.

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La joven, luego de haber obtenido más información en la casa de la partera que la trajo al mundo, fue a donde su madre adoptiva.

En ese momento la hizo confesar toda la historia y desde entonces no paró hasta encontrar a su progenitora. Ana Paula escribió en las redes sociales y fue a varios programas de televisión contando su historia.

Un día, una sobrina de Dévora vio a una mujer que se parecía mucho a su prima y le contó a su tía. En ese momento lograron contactarse.

Luego, tras pasar un tiempo comunicándose solo por videollamada, llegó el momento en el que se vieron personalmente.

“Yo siempre dije que mi alma no estaba entera, y creo que cuando escuché ese 'hola mamá', fue como que ya no quería morir. Quería seguir viva, no quería que me pasara nada. Quería verla y abrazarla”, expresó Dévora.

Finalmente, después de tantos años, madre e hija pudieron darse todo el amor que tenían acumulado y fueron muy felices.

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