Pareja adoptó a 4 hermanos para que no se les rompiera el corazón si crecían separados
Cuatro hermanitos en Brasil fueron adoptados juntos por una pareja. Les tocó vivir circunstancias muy adversas, pero ahora tienen un hogar lleno de amor.
Leandro, Cristiano, Enzo y William son cuatro hermanitos nacidos en Recife. Cuando fueron puestos en adopción, tenían entre 2 y 6 años, y en AmoMama te contamos su historia.
Los cuatro niños tienen un duro pasado: nacieron en una familia en la que solo recibieron malos tratos y abandono. Por estos motivos terminaron yendo a vivir a un orfanato cristiano de la localidad cercana de Paulista.
A miles de kilómetros de distancia, mientras tanto, una pareja de Iowa, Estados Unidos, buscaba adoptar hijos. Para cumplir su sueño de formar una familia, a Brandon y Jennifer Pratt se les ocurrió que sería buena idea adoptar hermanos: ellos querían varios hijos, y sabían que no siempre es fácil hallar hogar sin separar a los niños.
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Como la hermana de Jennifer está casada con un brasileño y vive en Brasil, se les ocurrió buscar a sus futuros hijos en ese país. No fue fácil, pero finalmente en 2016 dieron con los niños, y para ambos fue amor a primera vista.
"Otras familias por adopción nos habían dicho que simplemente lo sabríamos cuando llegaran", dijo Jennifer. "Lo supimos la primera vez que vimos su foto".
Los comienzos no fueron fáciles: Brandon y Jennifer tuvieron que instalarse un par de meses en Recife, y no hablaban una palabra de portugués. Cuentan que las actividades más simples como cocinar se les dificultaban por la barrera idiomática.
Cuando finalmente los niños fueron a vivir con ellos por un período de prueba, las cosas solo se complicaron más: los niños a su vez no hablaban una palabra de inglés, y para más se enfermaron.
"Hubo fiebres, un diente infectado, piojos y explosiones de pañal", cuenta Jennifer. "Fue una dura introducción a ser padres".
El desconocimiento del idioma de sus hijos aquí también les jugó una mala pasada: "pasamos de golpe de no tener hijos a tener cuatro que estaban enfermos y no nos podían decir qué les dolía", explicó Brandon.
Complejos papeleos mediante, esta familia consiguió oficializar la adopción y contar con todos los documentos para llevarse a los niños a casa. A su llegada a Iowa, en diciembre, los recibió la nieve, que los niños no habían visto nunca.
Pronto los niños comenzaron la escuela, y aprendieron aceleradamente el inglés. Hoy en día ya hablan con perfecta fluidez, pero a sus padres adoptivos siguen llamándolos como aprendieron a llamarlos en su lengua natal: “mamãe” y “papai”.
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