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Joven recibe respuesta del correo electrónico de su padre años después de su muerte - Historia del día

Vanessa Guzmán
15 oct 2021
15:00

El padre de Mary murió de un repentino ataque cardíaco cuando ella comenzaba la universidad. Se mantenían en contacto a través del correo electrónico, por lo que ella continuó enviándole mensajes después de su partida. Pero un día, recibió una respuesta inesperada.

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“Lo siento mucho, Mary. Era uno de los mejores hombres que conocíamos”, le dijo la vecina de su padre, la señora Alexandra Juárez, durante el funeral de Ricardo. Todos le daban el pésame a la joven.

Él era su último pariente vivo. Su madre murió cuando tenía solo cinco años. “Ahora, soy verdaderamente una huérfana”, pensó mientras otros invitados ofrecían sus condolencias. Pero nada de lo que tuvieran que decir aliviaría su dolor.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Ricardo había sido su mejor amigo en el mundo y se esforzó al máximo para que su infancia fuera inolvidable cuando falleció su mamá. Vivían en Santa Fe y toda la comunidad se había reunido para despedirse.

"Si necesitas algo, no dudes en llamarnos. Mary, no estás sola en esto”, le dijo otra persona, pero ella apenas escuchaba. Quería volver a casa y llorar sola en su habitación. Afortunadamente, la gente se fue rápidamente.

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Mary pasó los siguientes tres días en cama, pero tuvo que levantarse. Tenía 18 años y era estudiante universitaria. Sus profesores solo le darían cierta indulgencia, especialmente en un curso desafiante como ingeniería.

Era estudiante de una importante universidad, lo que era un motivo de orgullo para su padre. Ricardo les contó a todos sus amigos cuando la aceptaron. Ahora, estaba decidida a graduarse con honores y triunfar en nombre de su papá.

Pero primero, Mary tuvo que ducharse, comer y comenzar a responder algunos correos electrónicos de la escuela. Fue mientras revisaba su correo cuando vio el último que le había enviado padre desde su cuenta de trabajo porque no sabía cómo abrir un correo electrónico personal.

Mary suspiró y pensó en no regresar más a su dormitorio universitario. Decidió enviar un correo electrónico a la facultad para explicar su situación.

Después de todo, la casa estaba cerca de la facultad y tenía mucha más privacidad. Afortunadamente, su asesor estuvo de acuerdo en que era lo mejor para ella.

Desafortunadamente, eso no fue suficiente para hacerla sonreír. Ojalá pudiera escribirle de nuevo, pensó Mary.

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"¿Quién dice que ya no puedo escribirle?", se susurró a sí misma. Entonces comenzó a redactar un correo electrónico para su padre. Escribió sobre el funeral y cuánto lo extrañaba. Al presionar enviar sintió una sensación de paz como ninguna otra.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Pronto, Mary estaba enviando un correo electrónico a su padre todos los días. Sabía que nadie los leería jamás y los mensajes se convirtieron en su diario. Pasaron dos años y había enviado al menos uno cada día.

Su terapeuta incluso la alentó porque ella siempre estaba más feliz después de hacerlo. Afortunadamente, mantuvo sus calificaciones y se destacó en sus materias favoritas. Cuando llegó al tercer año, comenzó a pensar en qué hacer después de graduarse.

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Todavía le quedaban algunos semestres para finalizar su formación profesional, pero Mary tenía que decidir si ir a la escuela de posgrado o solicitar pasantías. Estaba haciendo una lista de pros y contras en su computadora cuando recibió un correo electrónico.

Era de la cuenta de su padre. "¡¿Qué?!", gritó accidentalmente mientras estaba frente a la computadora, sola en su casa.

“¿Es una broma? ¿Quién tuvo acceso a la cuenta de mi papá?”. Mary se preocupó en silencio. Abrió el correo, aunque le pareció aterrador, pero sabía que debía hacerlo.

Mientras comenzaba a leer el mensaje, jadeó. "¡Hola, Mary! Mi nombre es Rodrigo González. Trabajo en la empresa donde lo hacía tu padre. Se suponía que debía suspender el correo electrónico de Ricardo hace dos años, pero vi que le escribías todos los días", fue parte del contenido del documento digital.

"No pude hacerlo después de leer algunos de tus mensajes. Lamento invadir tu privacidad, tenía curiosidad. Ricardo era uno de los trabajadores más queridos aquí y no quería borrar la cuenta si eso te daba paz”, continuó Rodrigo.

Mary comenzó a llorar, pero no estaba enojada. El chico había tenido la amabilidad de no borrar la cuenta.

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"Pero ahora, realmente tengo que eliminarlo porque nos estamos mudando a un servidor completamente nuevo. Pero quería decírtelo primero. Y me gustaría conocerte si es posible”, comentó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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“Creo que conoces a mi madre, la Sra. Juárez. Creo que ella siempre quiso reunirnos, pero no lo logró. Piénsalo y avísame”, finalizó Rodrigo, agregando su correo electrónico y número de teléfono en la parte inferior.

Mary apenas recordaba a Rodrigo a quien conoció durante la celebración de un evento en su vecindario. Quizás debería darle una oportunidad, pensó.

Unos días después, escribió a la cuenta de su padre y el mensaje rebotó. Eso significaba que Rodrigo la había cerrado por fin. Así que Mary dio el paso y envió un correo electrónico al hijo de su vecina.

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Él respondió, y desde entonces comenzaron a intercambiar mensajes en línea, hasta que acordaron encontrarse en un café cercano. Se llevaron bien de inmediato.

Rodrigo le dijo a Mary que no le leyó todos los mensajes a su padre. Sin embargo reveló que algunos de sus correos electrónicos lo reconfortaron.

“Mi abuelo era mi persona favorita en el mundo. Pero yo tenía diez años cuando murió. No entendí muy bien ese dolor. Pero tus palabras me ayudaron a poner esos sentimientos en contexto. Creo que no me había curado de su fallecimiento hasta que leí tus correos", explicó.

Mary se sintió halagada y el resto de la conversación fluyó sin problemas. Rodrigo era guapo, sensible y divertido también. Comenzaron a reunirse más a menudo como amigos, luego su relación se convirtió en romance.

Se mudaron juntos después de su graduación y se casaron poco después. Mary no podía creer que encontró el amor escribiendo al correo electrónico del trabajo de su difunto padre. La vida es una locura, pensó.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • El duelo tiene muchas formas: Todos tenemos diferentes formas de lidiar con el dolor, y Mary lo hizo enviando correos electrónicos que se suponía que nadie debía leer.
  • La vida puede ser bastante sorprendente: Si Mary no hubiera continuado enviando correos electrónicos a la cuenta del trabajo de su padre, es posible que no hubiera conocido a Rodrigo.

Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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