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Un bebé en unas vías del tren | Foto: Shutterstock
Un bebé en unas vías del tren | Foto: Shutterstock

Maquinista de tren encuentra bebé abandonada en las vías del tren, días después la madre aparece - Historia del día

Mayra Pérez
29 oct 2021
02:00

Alex y su esposa Vanessa querían desesperadamente un bebé, pero no conseguían el deseado embarazo. Todo cambió cuando alguien abandonó a su suerte a una pequeña niña.

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Alex conoció a Vanessa en un encuentro casual cuando tenían 29 y 27 años, respectivamente. Él terminaba su turno conduciendo un tren y la vio a ella en el andén. Estaba distraída leyendo y no se dio cuenta cuando un ladrón se le acercó.

Alex gritó y Vanessa se resistió; el criminal agarró su bolso y la apuñaló en el costado. Alex quería correr y atraparlo, pero se quedó y cubrió la herida de Vanessa. También se subió a la ambulancia con ella.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Estaba asustada y sola. “Si no sobrevivo, ¿puedes llamar a mi madre? Dile que toda mi información bancaria está guardada en mi computadora. Puede quedarse con todo”, le suplicó Vanessa a Alex, quien era un extraño para ella.

Pero Alex no la dejó continuar. “¡Te vas a recuperar de esto! Eres joven y fuerte. Puedes hacer esto”, dijo con vehemencia mientras sostenía su mano. Afortunadamente, los médicos lograron salvar su vida y le dijeron que se recuperaría por completo.

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Alex visitó a Vanessa todos los días al final de su turno después de eso, y se fueron conociendo. Comenzaron a salir cuando ella fue dada de alta y se casaron un año después; sus sueños se alineaban perfectamente.

Intentaron tener un bebé porque querían una gran familia. Desafortunadamente, Vanessa no pudo quedar embarazada. Cuando visitaron al obstetra, el médico reveló que su lesión le haría casi imposible tener hijos.

Les ofrecieron otras opciones, como la subrogación o la adopción si querían formar una familia. Algunos días después, Alex trató de persuadir a su esposa: “Cariño, creo que tenemos que contemplar estas opciones. Hay diferentes formas de tener una familia, y hay un niño sin padres esperándonos.”

“No quiero hablar de eso en este momento”, respondió ella con mal humor. Permaneció distante durante varios días, pero Alex necesitaba que hablara.

“Cariño, deberíamos ir a un terapeuta. Necesitas ayuda para recuperarte de esta noticia, y será genial para nosotros a largo plazo”, sugirió. Vanessa estuvo de acuerdo porque no había lidiado con el trauma del robo y cómo había causado su infertilidad.

Pareció funcionar. Ella se abrió al terapeuta y parecía más feliz. Pero un día, Vanessa finalmente entendió la verdad. “La razón por la que he sido tan distante es porque creo que deberíamos divorciarnos y tú deberías encontrar una mujer que pueda darte hijos.”

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Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

“¡¿QUÉ?!”, gritó Alex. “¡De ninguna manera! No quiero otra mujer. Si no podemos tener hijos, está bien. ¡Pero te amo! ¡Te deseo! ¡Eres mi esposa! Somos una familia, tengamos hijos o no.”

Vanessa sonrió y lloró en sus brazos esa noche. Después de varios meses más de terapia, ambos se establecieron en una vida sin hijos. Pasaron los años y su amor nunca vaciló. Ellos adoraban a sus sobrinas y sobrinos mientras disfrutaban de su propia pequeña familia.

Alex tenía 40 años cuando todo cambió. Todavía era conductor de tren y estaba llegando a su última parada del día cuando vio a un bebé en las vías. “¡AY DIOS MÍO!”, gritó y pisó el freno con fuerza. Afortunadamente, no iba demasiado rápido.

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La gente solo se fijó en el bebé cuando vio lo abruptamente que se detuvo el tren. Alex salió de la locomotora y agarró al bebé. Era una niña, de unos cinco meses. No podía creer que alguien la hubiera dejado en medio de las vías del tren.

Nadie en la plataforma tenía idea de dónde venía la bebé. Las autoridades revisaron las cámaras de seguridad y vieron a un hombre encapuchado que dejaba a la bebé sobre los rieles cuando nadie miraba.

Pero se fue de inmediato y no hubo forma de identificarlo porque no compró un boleto de tren. La policía llamó a Servicios Sociales, desde donde ordenaron que primero llevaran al bebé al hospital.

Alex preguntó a cuál hospital y luego se fue a su casa a recoger a Vanessa. Ella no sabía lo que estaba pasando, pero fue con él. Llegaron al hospital y hablaron con la trabajadora social, Janice.

“¿Cómo está la bebe?”, le preguntó Alex. Vanessa le frunció el ceño, ya que todavía no tenía idea de lo que estaba pasando.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Shutterstock

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La trabajadora social lo miró con atención y respondió: “Los médicos dijeron que estará bien. Los bebés son sorprendentemente fuertes”.

Alex le explicó a Vanessa lo que había sucedido en la estación de tren, y ella entendió por qué le había pedido que lo acompañara. “Janice, ¿la bebé va a ir a un orfanato? ¿Podemos ser su hogar de acogida?”, preguntó.

“Tendrían que tomar una clase, completar el papeleo y ser aprobados. Pero es factible, especialmente porque su esposo salvó a esa bebé deteniendo el tren a tiempo”, respondió. Se llevó la bebé mientras la pareja hacía los arreglos para llevarla a casa.

Después de dos semanas de inspecciones e ir a clases, la funcionaria firmó su aprobación y les dio el bebé. “Ella no tiene un nombre, y todavía tenemos que hacer su registro”, reveló la trabajadora social.

“Está bien. Mientras tanto, la llamaremos Milagro”, respondió Vanessa y se despidió de la trabajadora. Durante una semana se sintieron felices de criar a la niña. Pero luego la policía llamó y les dijo que habían encontrado a la madre.

Vanessa se mostró reacia. “Dejó a su bebé con un hombre que la abandonó en las vías del tren para morir”, dijo molesta.

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“Cariño, no sabemos qué pasó. ¿Y si ese hombre le robó a su bebé y ella la ha estado buscando desesperadamente durante semanas?”, agregó Alex razonablemente.

“Tienes razón”. Fueron a la estación y se encontraron con la madre del bebé, Amira, quien corrió hacia ellos llorando.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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“¡Gracias! ¡Muchas gracias! ¡Mi bebé! ¡La salvaste!”, gritó la mujer. Vanessa le entregó a Milagro y la mujer siguió sollozando mientras miraba a la niña. Alex preguntó qué pasó y Amira le contó que un hombre le había robado a su bebé.

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“Estaba en la tienda con mi cochecito y me arrodillé en la sección de lácteos para tomar leche. Fueron dos segundos como máximo, lo juro. Pero cuando volví a mirar el cochecito, ¡Dalia no estaba!”, explicó entre lágrimas.

“La policía no tiene idea de cuál fue el motivo”, dijo la madre.

“Algunos delincuentes rara vez tienen un motivo. Son simplemente psicópatas. ¿Su nombre es Dalia? Es hermoso”, comentó Vanessa, feliz y triste pues estaban perdiendo a la niña. Amira les agradeció nuevamente por todo lo que hicieron y se fue con su bebé.

La pareja se regresó a su hogar con sentimientos agridulces por ese encuentro. Alex temía que Vanessa volviera a caer en depresión, pero estaba equivocado.

“¡Tengo una idea! ¡Adoptemos un niño!”, sugirió Vanessa. “Tenías razón hace años. Dalia no era para nosotros, pero algún bebé necesita padres. ¡Vamos a hacerlo!”, dijo con ánimo.

Alex sonrió a su esposa y estuvo de acuerdo de todo corazón. Un año después, Janice les presentó a una niña de dos meses abandonada en una estación de bomberos. La llamaron Milagro.

Imagen con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Todo sucede por una razón. Muchas circunstancias diferentes llevaron a Alex y Vanessa a adoptar a su hija, Milagro. Algunos dirían que es obra del destino.
  • Hay que estar atento cuando se esté en público. Desafortunadamente, hay gente mala en todas partes. Tanto Vanessa como Amira sufrieron porque había alguien con malas intenciones a su alrededor.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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