"Es una lástima que su difunto papá no esté" dice la mamá de la novia, luego se acerca un hombre familiar - Historia del día

"Es una pena que tu difunto padre no pueda estar aquí", sollozó Sonia en el micrófono. "Pero sé que desde donde esté envía su bendición". Desde atrás se oyó una voz: "¡Pero estoy aquí!". Sonia se volvió y quedó helada al ver al hombre que se acercaba.

Sonia y Thiago se casaron muy jóvenes y tuvieron a su hija Mary a los 18. La madre de él siempre despreció a su nuera, y tan pronto como supo del embarazo y los planes de boda lo echó de su casa.

Los recién casados no la tuvieron fácil para mantenerse y cuidar a su hijita, pero las cosas empezaron a mejorar cuando ambos consiguieron trabajo en desarrollo de software.

Sin embargo, tres meses después de empezar a trabajar en una gran compañía, Thiago discutió con su jefe y lo despidieron. Sonia trabajaba en otra empresa, en la que consiguió un rápido ascenso, pero con una condición: tenía que mudarse a la capital.

Cuando le dio la noticia a Thiago, él estalló. "¡Vaya, pero mírate! Yo ni te importo, ¿verdad? Todo lo que te importa es tu piojoso ascenso".

"Nada de eso, Thiago, no sabía que acababan de despedirte".

"Bueno, ahora que lo sabes, ¿seguirás restregándome tu ascenso por la cara?".

"Mira, me siento mal por ti, pero creo que con más razón tengo que aceptarlo. Yo tendré que ir a la capital la semana que viene, y tú deberías cuidar a Mary hasta que acomode las cosas", dijo ella.

Lee también: Un "hable ahora o calle para siempre" hizo cancelar una boda - Historia del día

La semana siguiente, Sonia empacó y se preparó para marcharse. "Sé una niña buena y no le hagas las cosas difíciles a papá", le dijo a Mary. Esperó a que Thiago saliera a despedirla, pero no ocurrió. Siguió encerrado en la habitación.

Sonia tuvo un mal presentimiento, pero se fue. Cuando regresó al fin de semana siguiente, encontró a Thiago ebrio. Mary lloraba en un rincón, y la casa era una verdadera ruina.

Enfrentó a su marido, y tuvieron una acalorada discusión. Finalmente, Sonia empacó sus cosas y las de su hija, y se la llevó con ella a la capital para nunca volver.

Con el tiempo, Thiago se dio cuenta de su error y trató de volver con Sonia. La localizó a través de su trabajo. Sin embargo, para entonces ella ya estaba en pareja con alguien más, un hombre llamado Marcos.

Él era viudo, y se habían conocido porque su hijo Aarón iba a la misma escuela que Mary. La amistad de los niños llevó a los padres a conocerse y enamorarse.

Sin embargo, la historia de amor tuvo un fin trágico. Un día, Sonia regresó de trabajar y recibió un mensaje de Sandra, una colega de Marcos: había tenido un accidente de camino al trabajo. Había muerto en la ambulancia antes de llegar al hospital.

Sonia estaba devastada por la noticia. Para entonces, ya había hablado sobre el divorcio con Thiago, y Mary estaba encantada con la idea de ser hermana de Aarón. Fue muy difícil darle la noticia.

La capital no era la misma sin Marcos, y todo le dolía hasta físicamente. Mary tampoco lo estaba pasando bien, y no había vuelto a saber de Aarón. Así que Sonia tomó una decisión: volvería a su ciudad natal.

Consiguió el pase en el trabajo. Ganaría un poco menos de dinero, pero al menos estaría cerca de su familia. Y tal vez podía volver a intentarlo con el que todavía era legalmente su esposo.

Thiago aprovechó la oportunidad para redimirse. Se mostró comprensivo, y puso todo de sí para ser el buen padre y esposo que no había sabido ser. Había conseguido otro trabajo, y se mostró cariñoso y presente. Organizó viajes familiares y ambos planificaron tener otro hijo, que pese a buscarlo nunca vino.

Sin embargo, algunos años después de su reconciliación, Thiago recibió un terrible diagnóstico: tenía cáncer de colon. En unos pocos meses, su cuerpo se deterioró rápidamente y partió de este mundo.

Sonia lo quería más como compañero y padre de su hija que con el fuego del enamoramiento, pero igual la pérdida la golpeó fuertemente. Ella y Mary, que acababa de terminar el secundario, se apoyaron una en la otra en ese momento difícil.

El compromiso de Mary con su amor de la infancia y el año de planificaciones hicieron el duelo más fácil. Víctor era un buen chico, y él y la hija de Sonia hacían una pareja estupenda.

El día de la boda de su hija Mary, Sonia no podía dejar de llorar mientras daba su discurso. "No puedo decirles lo feliz que estoy ahora", comenzó. "Mi hija se casó con un hombre al que adora. Y les envío mis mejores deseos de amor y felicidad".

"Pero es una lástima", dijo entre lágrimas mientras se volvía hacia Mary, "que su difunto padre no esté hoy aquí con nosotros. Sería el hombre más feliz del mundo hoy al ver a su hija lucir tan adorable. Espero que, donde sea que esté, la bendiga a ella y a su esposo. Quiero decirle que lo extraño mucho".

Sonia acababa de terminar su discurso y se estaba preparando para irse, cuando de repente escuchó una voz familiar desde atrás.

"Pero estoy yo aquí, si se me permite".

Sonia se volteó y quedó paralizada en estado de shock. Un hombre familiar se acercaba a ella. El hombre del que se había enamorado años atrás.

"¡Esto no puede ser posible! ¡¿Marcos?! Pensé que estabas muerto".

Marcos dijo unas palabras para desear a la pareja felicidad, y se apartó a hablar con Sonia. "¿Cómo estás aquí? ¡Me dijeron que habías tenido un accidente y habías muerto!".

"Seguro fue Sandra, ¿no? Ella siempre estuvo celosa de ti. Sí tuve un accidente, y pasé meses en el hospital, pero sobreviví. Cuando quise volver a buscarte vi que habías vuelto con tu esposo, y no quise importunar. Pero te amo, y siempre vi a Mary como una hija".

"Por casualidad supe que se casaba, y no iba a perderme su boda. Aarón y yo la contactamos, y acordamos este reencuentro, ella nos invitó hoy".

Los ojos de Sonia se llenaron de lágrimas. "Estoy tan feliz de verte", dijo. "¿Y qué es eso de que Mary es para ti como una hija?".

"Querría que lo fuera", dijo, y bromeó: "claro, si quisieras darme una segunda oportunidad, ahora que he vuelto de entre los muertos".

Ella rió y lo besó. Desde atrás, escucharon el aplauso de Mary y su amigo Aarón, que sonreían de ver el final feliz para sus padres.

¿Qué podemos aprender de esta historia?

• La vida es impredecible. Sonia nunca esperó reencontrarse con Marcos, pero eso ocurrió.
• Todo ocurre por una razón. Sonia y Marcos estaban destinados a estar juntos. Y por ese motivo, la vida se empeñó en juntarlos.

Comparte esta historia con tus amistades. Puede alegrarles el día y serles de inspiración.

Lee también: "Es su error, no el mío": la historia de la novia que quiso prohibir la entrada de la hija de su prometido a su boda

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.