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Indigente caminando por la calle. | Foto: Shutterstock.
Indigente caminando por la calle. | Foto: Shutterstock.

Indigente sucio acecha a mujer rica y le advierte sobre un peligro en su vida - Historia del día

Vanessa Guzmán
05 nov 2021
21:00

Un vagabundo empezó a acosar a una bella socialité, pero ella no sabía que su verdadero motivo era salvarle la vida.

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Karina Rodríguez vivía una vida encantadora. Literalmente lo tenía todo. Era joven, hermosa, inteligente, rica y estaba casada con un hombre al que amaba. A pesar de que había nacido en una familia adinerada, era una gran trabajadora.

Se había convertido en la influencer número uno de las redes sociales en lo que respecta a la decoración. No solo era una exitosa mujer de negocios, también había formado una hermosa familia.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Pero había una cosa que tenía a Karina muy preocupada: un acosador. Ella notó por primera vez al hombre en el estacionamiento frente a su centro comercial favorito.

Él estaba parado a unos metros de su auto, mirándola. Era joven, tal vez de unos treinta, y alguna vez, antes de ser un indigente, debió haber sido un hombre guapo.

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El sujeto dio un paso vacilante hacia ella y luego se detuvo. Vio cómo Karina entraba al coche y cerraba la puerta de golpe. A través del parabrisas, ella vio que el vagabundo movía sus labios una y otra vez.

Estaba diciendo algo, pero de ninguna forma Karina iba a salir a preguntarle qué era. Soltó el freno de mano, movió la palanca y se alejó del lugar.

En su espejo retrovisor, todavía podía ver al hombre con su abrigo andrajoso. Levantó una mano en un gesto extrañamente amenazador. Afortunadamente, Karina lo dejó atrás.

Esa noche, compartió su experiencia con su amado Daniel. "Te digo, este vagabundo seguía mirándome y hablando, pero no podía escuchar una palabra. Luego, cuando me fui, me señaló con el dedo. Como el personaje de películas de horror, diciéndole a la víctima ha llegado su hora".

Daniel se rio, rodeó a Karina con los brazos y la besó. "¡Tienes una gran imaginación! Estoy seguro de que el tipo era un loco. El pobre probablemente estaba más asustado que tú".

"Bueno, déjame decirte, ¡estoy bastante asustada!", dijo Karina. En ese momento sonó el teléfono de su casa y Daniel respondió. Por la forma en que sus hombros se tensaron y su voz se enfrió, Karina supo que era su madre.

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Daniel no se llevaba bien con su suegra. Cada vez que se encontraban dejaban salir sus emociones y se peleaban.

Imagen con fines ilustrativos | Foto:  Unsplash

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Unsplash

"¡Es para ti!", dijo Daniel, y le pasó el teléfono. Karina suspiró y le sonrió en tono de disculpa.

"¡Hola, mamá!", habló con tono alegre. "¿Cómo estás?".

"Hola, cariño", dijo la Sra. Duarte. "Solo quería saber cómo le estaba yendo a mi única hija, ¡ya que me llamas muy pocas veces y yo casi nunca te veo!".

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"¡Mamá!", gritó Karina. "Te llamé ayer y nos vimos hace dos semanas".

"Lo sé", suspiró la dama. "Pero te veía todos los días antes de que ese gigoló insistiera en que compraras una casa lejos de mí".

"Mamá", expresó Karina con voz gélida, "Daniel es mi esposo, ¡y no permitiré que lo insultes así! Él es un artista talentoso y cada vez gana más fama".

"¿Su cuenta bancaria también está creciendo?", preguntó la Sra. Duarte con aspereza. "¿O todavía pagas todas las facturas?".

"Ya es suficiente mamá", manifestó Karina enojada, y colgó el teléfono. La pelea con su madre además del incidente con el vagabundo la dejó nerviosa.

"¿Quieres un trago, nena?", sugirió Daniel, mientras se servía una copa de vino.

"Sabes que no bebo", dijo Karina. "Me voy a duchar y me voy a la cama".

"Buena idea, nena", dijo Daniel. "¡No olvides que voy a viajar mañana para reunirme con los directivos de una galería de arte y quizás vuelva el viernes!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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Con Daniel fuera, Karina se sintió más nerviosa que nunca. Quería hacer algunas compras, pero decidió quedarse en casa. ¡No quería volver a encontrarse con ningún acosador!

Por la tarde, Karina tomó un libro y se acostó en un sillón junto a la piscina. Se durmió y al despertar el vagabundo estaba parado junto a ella. Intentó gritar, pero su voz se negó a funcionar.

"Por favor", dijo el hombre en voz baja. "Por favor, escúchame. Daniel Rodríguez es un asesino y te va a matar como lo hizo con mi prometida".

Karina finalmente pudo hablar y susurró: "Fuera. ¡Fuera! ¡O llamo a la policía!". El hombre levantó las manos y se alejó de ella.

"Por favor, créeme. Estás en gran peligro". Dijo antes de desaparecer en el patio del vecino. Karina estaba temblorosa y se apuró en marcar el número de Daniel. Le dijo que el vagabundo se había presentado en su casa.

Estaba a punto de contarle las acusaciones del vagabundo, pero algo la detuvo. "Nena", dijo Daniel. "Entra en la casa, pon la alarma de la casa y no te muevas. ¡Vuelvo enseguida!".

Cuatro horas después, Daniel estaba allí, abrazándola y consolándola, haciéndola sentir segura y amada, como solo él podía. Hizo que Karina tomara una pastilla para dormir, la arropó y bajó las escaleras para hacer algunas llamadas a la galería.

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"¡Lo hice cambiar de planes, pobre Daniel!", pensó Karina. Entonces se dio cuenta de que había dejado su teléfono celular en el piso de abajo.

Se puso las zapatillas, bajó las escaleras y tomó su teléfono de la mesa de la cocina. En el salón, pudo escuchar la voz de Daniel. Sonaba irritado.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

"La estúpida inventó un acosador para traerme de vuelta aquí, cariño, pero te prometo que me ocupo del asunto y no pasará mucho tiempo antes de que ella sea solo un recuerdo”.

Con el corazón latiéndole con fuerza, Karina volvió a subir, entró al baño, se metió los dedos en la garganta y vomitó la pastilla que Daniel le había dado. Estaba sudando frío por el miedo que sentía. ¡El vagabundo le había estado diciendo la verdad!

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En silencio, Karina se puso algo de ropa, agarró su bolso y bajó los escalones traseros descalza. Caminó en la oscuridad antes de llamar a un Uber para que la recogiera.

¿Qué le estaba pasando a su vida? Entonces una figura apareció frente a ella y casi gritó antes de reconocer al hombre que le había advertido sobre Daniel. "¡Tú!", ella jadeó. "¡Me dijiste la verdad!".

El hombre asintió. "Sí, he estado cuidando de ti, tratando de protegerte", comentó.

"¿Quién eres tú?", preguntó Karina.

"Soy el verdadero Daniel Rodríguez", dijo el hombre. "Me iba bien como artista y estaba comprometido con una hermosa chica de una familia adinerada. El hombre al que llamas Daniel era mi mejor amigo Freddy".

"Un día comenzó a servirme bebidas que me dejaron sintiéndome extraño. Pronto, no podía esperar encontrarme con él para que me sirviera un trago. Cuando me di cuenta de que me estaba drogando, ya era demasiado tarde, yo era adicto”.

"Freddy montó una escena en la que María, mi prometida, y sus padres me vieron drogado. Ese fue el final de nuestro compromiso. Pero luego Freddy se mudó. Se casó con María y seis meses después ella murió en un incendio".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

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"¡Ay Dios mío!", expresó Karina. "¿Él la mató?".

"Sí", dijo el verdadero Daniel con tristeza, "y yo estaba demasiado lejos para salvarla. Le di una patada a las drogas, pero luego descubrí que había tomado mi identidad para encontrar una nueva víctima: ¡tú!".

"Pero ¿qué debemos hacer?", preguntó Karina.

"Creo que instaló un dispositivo incendiario como el que usó para matar a María. Iba a regresar el viernes, ¿verdad? El dispositivo debe seguir en la casa. Vamos a la policía, y ellos lo atraparán con las manos en la masa".

El verdadero Daniel y Karina fueron a la policía y lograron convencer a dos oficiales de que los acompañaran a la casa de la influencer. Pero cuando llegaron allí, se llevaron una sorpresa. ¡Toda la casa estaba en llamas!

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Freddy (Daniel) estaba tan irritado por la forma en que Karina había arruinado su plan que se olvidó de desmantelar el dispositivo incendiario. Murió de la misma horrible forma en la que había planeado la muerte de su esposa.

Karina se recuperó a pesar de que tuvo que escuchar mucho "Te lo dije", de parte de su madre. Daniel recuperó su nombre, su identidad y su carrera como artista y tuvo un gran éxito.

Era un hombre muy guapo. Una vez que se hubo afeitado y se puso ropa decente, saltó a la luz su atractivo. Karina descubrió que amaba al verdadero Daniel Rodríguez mucho más de lo que le había gustado el impostor, así que se casó con él.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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¿Qué podemos aprender de esta historia?

  • Una sonrisa dulce y sexy puede ocultar un corazón podrido: El hombre que Karina pensó que era Daniel Rodríguez era un estafador y un asesino. Casi la convierte en su segunda víctima.
  • No juzgues un libro por su portada: Karina tenía miedo del vagabundo y pensó que era un acosador, pero terminó salvándole la vida.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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