Mamá adolescente con miedo da a su hija en adopción: 16 años después, la niña la llama mamá
Dieciséis años luego de dar a su hija en adopción, una mujer sigue formando parte de su vida. Tanto que la chica, la sigue llamando "mamá".
Marlys Monet solo tenía quince años cuando descubrió que estaba embarazada. Durante los primeros meses vivió en la negación, con la esperanza de que su condición desapareciera simplemente deseándolo.
Pasó ese tiempo llevando una vida normal, disfrutando de sus actividades deportivas favoritas y ocultando la verdad a todos.
Consiguió ocultar su estado durante siete meses, antes de que llegara el día más temido. Una tarde regresó a casa y halló a sus padres esperándola con el resultado de la prueba de embarazo.
Incapaz de enfrentarse a ellos, se encerró en su habitación, llorando a lágrima viva. Especialmente tras recordar el evidente rostro de decepción de sus padres.
Cuando finalmente se sinceró con ellos, la colmaron de amor y apoyo. Además, prometiendo cuidar de ella y del bebé durante el embarazo.
La madre de Monet pronto tuvo la idea de dar a la criatura en adopción. Con la ayuda de un consejero en el tema, encontró a la familia perfecta y pudo conocerla.
Juntos, la madre adolescente y el padre de su bebé decidieron que la adopción era lo mejor para su retoño. Consideraron que hacer otra cosa sería egoísta por su parte.
El 10 de enero de 2004, nació su hija y la familia la llamó Kya Monet. Sin embargo, sus padres adoptivos decidieron cambiarlo poco después.
Marlys solo pudo pasar tres días con la niña, antes de que sus nuevos padres pasaran por el hospital a reclamarla, dejando a la madre adolescente muy triste. Así, la adopción quedó finalizada.
Afortunadamente, Monet pudo forjar una buena relación con los nuevos papás de su hija. Ellos estaban encantados de compartir novedades sobre su crecimiento.
También pudo visitarlos varias veces al año, convirtiéndose en una presencia constante en la vida de la chica. Pero no todo fue felicidad para la madre adolescente:
"Hubo momentos que me rompieron el corazón como su madre biológica. Oírla llamar 'mamá' a su madre adoptiva por primera vez. Cuando se caía, su madre adoptiva era su consuelo[...]", contó Marlys.
A medida que crecían, las cosas acabaron tomando su curso. Monet se casó y tuvo otros tres hijos increíbles, que conocieron a su hermana mayor y la querían mucho.
También cultivó su relación con su hija biológica y la frecuencia de sus encuentros mejoró mucho. Pero lo que es más importante, la joven sabía que Monet era su mamá biológica y la reconocía como tal.
"Mi hija biológica tiene ahora 16 años y está en su primer año de instituto. Mi niña y yo tenemos la suerte de vernos semanalmente. Me llama mamá y me tiende la mano cuando necesita un consejo o simplemente un oído atento", dijo Marlys.
Su relación ha evolucionado tanto que fácilmente pasan por mejores amigas. Monet admite que su primogénita considera su casa un lugar seguro. Inclusive, la chica la ha incluido en algunas de sus publicaciones en las redes sociales.
Varias fotos de la adolescente también han aparecido en el Instagram de Monet, donde comparte su historia y celebra momentos especiales.
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Al preguntarle si se arrepiente de su decisión de darla en adopción, Monet afirma que no lo hace. Para ella, este proceso, ayudó a convertir su vida y la de su hija en lo que son hoy. ¡Qué más puede pedir una madre!
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