Madre se niega a reconocer a la hija que abandonó y que la buscó por décadas
Una mujer que creció en un hogar de acogida siempre se preguntó por su madre biológica. Pasó años tratando de encontrarla, y cuando finalmente lo hizo, la reunión no se desarrolló como esperaba.
Una mujer de Coventry, Inglaterra, que fue abandonada cuando era bebé, comparte su agridulce historia de vida. Cuando era niña, la dejaron en el Hospital St Cross en Rugby y creció en hogares de acogida durante la mayor parte de su vida.
Anne Harrison fue enviada a un orfanato luego de que su madre aceptara que no podía hacerse cargo de ella. Su vida en la escuela y en diversos hogares no fue fácil. Fue blanco de burlas por su color de piel y su situación familiar única.
Anne Harrison de niña y de adulta | Foto: Facebook/callmeauntie - Facebook/anne.harrison.9634
ERA DIFERENTE
La primera vez que Anne tuvo conciencia de que era diferente fue cuando ingresó a la escuela. Había sido acogida por una familia blanca que siempre le dio el mismo trato que a sus hijos.
“Tenía una piel diferente, y se burlaban de mí; los niños me llamaban con desagradables sobrenombres”, compartió Anne, según recoge Coventry Telegraph.
Durante su adolescencia, Harrison fue informada sobre la existencia de su hermano. Él residía en Berkshire y ella pudo conocerlo; ambos lograron forjar una relación cercana que aún comparten.
BUSCANDO A SU MADRE
Alrededor de sus 16 años, la jovencita se embarcó en la difícil tarea de localizar a su madre biológica. También comenzó a trabajar como cadete de policía y posteriormente se convirtió en una trabajadora social.
Su vida profesional se fue desarrollando en forma muy positiva, en contraste con sus esfuerzos, totalmente infructuosos, por acercarse a su madre. Había logrado averiguar quién era, porque le enviaba cartas ocasionales.
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Sin embargo, no podía organizar el reencuentro que anhelaba. Su madre no quería verla en persona. Pasaron los años y, finalmente, cuando Harrison se acercaba a los 40 años, supo donde vivía.
EL REENCUENTRO
Tras este descubrimiento, su madre accedió a reunirse con ella. El reencuentro cara a cara fue emotivo, más no como Anne soñaba. La mujer se negó a reconocer que era su madre biológica y describió su reunión como la de dos amigas.
“Estaba un poco abrumada. Fue como mirarme en un espejo, pero fue emotivo. Sabía que ella había estado llorando antes de que nos conociéramos”, comentó Anne.
La pareja solo se ha podido ver unas pocas veces a lo largo de los años, y aunque Harrison desea poder forjar un vínculo estrecho con su madre, está aprendiendo a aceptar su relación distante: “Sé muy poco sobre ella, solo lo que elige decirme”, admitió.
“DIME TÍA”
En su libro ‘Call Me Auntie’, Harrison, actualmente de 64 años, detalla su infancia y la lucha por conectarse con su madre. En su página de Facebook, el amor y la admiración que sus amigos y cibernautas sienten por ella es evidente.
Un usuario comentó: “No has cambiado mucho, Anne. Aún tienes esa gran sonrisa”. Harrison usó el dolor de su pasado para arrojar luz sobre la vida en hogares de crianza, y su historia ha inspirado y sigue inspirando a muchos.
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