Padre enfermo da todo su dinero a hija mayor: la menor recibe barco miniatura en una botella - Historia del día
Un hombre enfermo decide dar todo su dinero a su hija mayor mientras le da a la menor un barco en miniatura dentro de una botella. Más tarde descubrirían los verdaderos planes de su padre.
Noel Nieto deseaba poder vivir para siempre. Era un deseo puramente egoísta; lo sabía, pero no le importaba. ¿Por qué? Porque creía que era por una buena razón.
Era un hombre de 60 años y padre de dos hijas a las que quería profundamente. La primogénita era Sara, mientras que Elsa llegó diez años después.
Una mujer joven baja la cabeza con tristeza. | Foto: Pixabay
Independientemente de sus edades y diferencias, Noel amaba a sus hijas por igual. Sara había desarrollado una pasión por el dinero a una edad muy temprana.
Tenía cabeza para las cifras y siempre sobresalía en todo lo relacionado con las matemáticas. Su padre apoyó sus aspiraciones, patrocinando su educación y preparándola para que se hiciera cargo de su pequeña empresa.
El único problema era que cuanto mayor se hacía, más ambiciosa se volvía. No le importaba a quién pisoteaba para alcanzar su objetivo, y era fiel creyente de que el fin justifica los medios.
Cuando tuvo la edad suficiente, comenzó a trabajar en la empresa de su padre, pero no era del agrado de los empleados. Era muy grosera y nunca estaba dispuesta a ayudar al prójimo a menos que la beneficiara.
A su criterio, los empleados eran irrelevantes, por lo que no era necesario mantener una buena relación con ellos. “Es poco lo que puedo ganar llevándome bien con estos campesinos”, se decía a menudo.
Su mayor deseo era convertirse en la única propietaria del negocio de su padre. “Veamos si no les agrado cuando su sustento esté en mis manos. Papá solo tiene que entregarme las riendas rápidamente”.
Su hermana Elsa era totalmente diferente, y muchos la describían a menudo como opuesta a Sara, lo cual era cierto. A diferencia de su hermana, Elsa no tenía aptitudes para los números ni para los negocios; de hecho, encontraba todo ese mundo bastante aburrido y mecánico.
“Soy más una persona sociable, me gusta la gente, así que creo que todo lo que estudie siempre tendrá que ver con eso”, le dijo a su padre un día cuando hablaban de su futuro profesional. “Además, papá, ya tienes una hija orientada a los negocios, no puedes tener dos”.
Una mujer joven y con el cabello muy corto grita con indignación. | Foto: Pexels
Elsa trabajaba como niñera porque disfrutaba estar cerca de bebés. Tenía debilidad por los niños y soñaba con algún día establecer una organización benéfica para ayudar a las personas sin hogar y a los huérfanos en todo el mundo.
Su padre la cuidaba muy bien para que ella no necesitara nada. Esto le daba la oportunidad de donar todo el dinero que ganaba a la caridad.
Cuando Noel estaba en su lecho de muerte, convocó a sus chicas a su lado para compartir sus últimas palabras con ellas y repartir su riqueza. A su primera hija, le dio 100 mil dólares.
“Siempre quisiste ser dueña de un negocio y ahora te doy dinero para ello”, dijo y la observó mientras ella intentaba evitar sonreír, sin éxito.
Sara siempre había querido el negocio de su padre, pero si él podía darle lo suficiente para comenzar el suyo, estaba segura de que podía crear una obra maestra.
A Elsa, la menor, le dio un pequeño y elegante barco en una botella. Era el mismo que ella le había regalado en su cumpleaños diez años atrás.
“Quiero dejar este mundo, querida, y navegar eternamente. Prométeme que después de mi muerte irás al lago donde solíamos pasar los fines de semana cuando eras niña. Cuando llegues, ve a nuestro lugar secreto, rompe la botella, pon este barco en el agua y suéltalo con mis cenizas en él”.
"Te lo prometo, padre", dijo Elsa con lágrimas en los ojos. Noel falleció unos días después y ella tuvo que soportar las bromas de Sara sobre cómo solo había conseguido un pequeño barco viejo a pesar de lo mucho que tenía su padre.
Billetes de 100 dólares en varios grupos sobre una mesa. | Foto: Pexels
Sin embargo, Elsa no mordió el anzuelo. Estaba decidida a cumplir el último deseo de su padre, así que después de su cremación, fue al lago y visitó su lugar secreto.
Era una pequeña construcción de madera en la orilla del lago, que tenía pocos metros de profundidad. Rompió la botella y puso el barco en el agua, luego inclinó la cabeza para susurrar algunas palabras de despedida.
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“Adiós, mi querido papá. Que tu viaje sea fascinante y esté lleno de recuerdos emocionantes de los que puedas contarme cuando nos volvamos a encontrar. Hasta entonces, descansa tranquilo, viejo”.
Elsa estaba mirando el pequeño barco navegar a la deriva cuando de repente, notó una caja roja cerca de la construcción. Era la vieja lonchera que siempre llevaba consigo cada vez que visitaban el lugar secreto. La abrió y encontró una nota dentro. Estaba escrita con la letra de su padre y decía:
“Te pedí que vinieras después de mi muerte. Entonces, si estás leyendo esto, debes haberlo hecho. Te amo mucho, mi querida Elsa. Quiero recompensarte por tu amabilidad y sinceridad. Mi negocio es tuyo ahora”.
“Puedes venderlo y hacer realidad tu sueño. A lo largo de tu vida has estado ayudando a quienes lo necesitaban y ahora quiero hacerlo junto a ti”.
Un antiguo barco de madera dentro de una botella. | Foto: Shutterstock
Elsa lloró después de leer la carta y se propuso en su corazón continuar como lo había estado haciendo. Vendió la empresa de su padre y finalmente estableció una organización benéfica a la que llamó “Barco en la botella”.
Mientras tanto, su hermana usó su dinero para abrir una tienda de belleza, pero fue muy imprudente y despiadada. Al cabo de un año, se había endeudado y había sufrido pérdidas, por lo que no tuvo más remedio que cerrar el negocio.
¿Qué podemos aprender con esta historia?
- El egoísmo nunca paga. Sara sentía pasión por el dinero y también era egoísta. Fue por eso que su padre le dio a Elsa la compañía y también por lo que ella no pudo tener éxito con su propio negocio. Elsa era diferente y eso la ayudó a progresar en la vida.
- Aprende a hacer amigos donde quiera que vayas. Elsa era amada por todos debido a su naturaleza desinteresada, y Sara se hizo enemigos debido a su naturaleza egoísta. Al final, eso jugó en su contra porque las personas son importantes en el éxito de los negocios.
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