Señora regala billete de lotería vencido a jovencita que nota letras marcadas con un círculo - Historia del día
Una joven fue ridiculizada en su fiesta de cumpleaños después de que la misma anciana por la que había luchado le regalara un billete de lotería caducado; sin embargo, nada era lo que parecía.
Laura era popular... pero no por las razones que a ella le hubiese gustado. Todo el mundo la conocía; la señora siempre alimentaba a las palomas en el parque. Lloviera o hiciera sol, se podía encontrar allí a la anciana, rodeada de sus pájaros.
Anciana. | Foto: Pexels
No tenía hijos y desde que el hombre al que una vez llamó alma gemela murió en un accidente de tráfico cuando ella tenía 25 años, se negó a tener contacto con las demás personas.
Cuando se hizo mayor se trasladó al lugar en el que reside ahora, en donde permanece tranquila en soledad.
Esta mujer se negaba a pronunciar cualquier palabra si no era absolutamente necesaria, y a sus nuevos vecinos no les gustaban los secretos.
Lee también: Hija del dueño del restaurante se burla de niña cuya mamá lava platos y la alimenta con sobras - Historia del día
"Hoy he vuelto a intentar hablar con esa vieja arpía, pero me ha rechazado. ¿Quién se cree que es para ser tan distante?", se quejó una vecina.
"Esa mujer es tan maleducada y probablemente por eso está tan desaliñada. Solo a las palomas les gusta", dijo Teresa.
Pero a Laura no le importaba; seguía haciendo lo suyo, principalmente alimentar a las palomas y hablar con ellas.
Mujer. | Foto: Pexels
Un día, una joven llamada Sara se puso de acuerdo para dar un paseo con su amiga Alicia por el parque. Si Laura era la personificación de la soledad, Sara era todo lo contrario.
A la chica le encantaba tener amigos y siempre había sido querida por muchos hasta que un día cometió un error social en la cafetería. Había sido un simple error: se le había caído el tenedor de la bandeja y se había agachado para recogerlo cuando se le escapó una flatulencia.
De alguna manera, la cafetería, normalmente ruidosa, se había quedado en silencio, y los ojos de todos se habían posado en ella al instante, luego las risas comenzaron a rodar. Ella había escapado rápidamente, pero la noticia corrió rápidamente.
Cuando Sara invitó a Alicia a dar un paseo, simplemente la había puesto a prueba para ver si se arriesgaba a salir con ella. La chica le dijo que había decidido salir con otras amigas, lo que demostró que nadie quería seguir relacionándose con ella.
A Sara le dolió, pero de todos modos fue al paseo. La joven lloró en silencio mientras caminaba sola, y cuando la vista empezó a nublarse, encontró un banco para sentarse.
Estaba justo enfrente de donde estaba sentada Laura, la alimentadora de palomas, rodeada como siempre de sus pájaros. La mujer parecía ignorar a Sara, pero la chica se sintió observada de todos modos.
Joven. | Foto: Unsplash
"Mírame", dijo desesperada. "Estoy tan sola como Laura".
Unos minutos después de susurrar esas palabras, Sara vio a Laura levantarse y caminar hacia ella.
"¿Quieres que demos de comer a los pájaros juntas?", preguntó.
Lee también: Niña que se negó a jugar ajedrez con papá enfermo abre tras su muerte tablero que le regaló - Historia del día
Sara estuvo a punto de rechazarla, pero luego pensó: "¿Qué daño podría hacer?".
"Sí", respondió ella, y ese fue el comienzo de su amistad.
A medida que pasaba el tiempo, Sara compartía más con Laura, y eso empezó a atraer la atención negativa hacia ella porque todos sus compañeros de colegio pensaban que era una loca por hacerlo. La brecha social se amplió aún más hasta que empezaron a acosarla.
Anciana. | Foto: Pixabay
Por supuesto, esto no desanimó a Sara, quien disfrutaba de la compañía de su nueva amiga. A veces jugaban después de la escuela o le daban de comer a las palomas mientras hablaban de sus problemas personales.
Para su cumpleaños, Sara no quería organizar una fiesta porque no tenía amigos. Sin embargo, sus padres le organizaron una en secreto e invitaron a sus compañeros de clase.
Para su sorpresa, todos aceptaron, y cuando Sara se enteró, decidió que también quería a Laura allí.
"No puedo decir que tengo a todos mis amigos si Laura no está presente", le dijo a su madre.
"De acuerdo, cariño, invítala", respondió la mujer.
Sara la llamó y la invitó a su fiesta de cumpleaños, pero cuando Laura llegó, los invitados se burlaron de ella y de Sara.
Pastel de cumpleaños. | Foto: Unsplash
Laura vio que estaba a punto de arruinar las cosas para su joven amiga, así que decidió amablemente marcharse. Pero antes, le entregó un billete de lotería vencido.
Todo el mundo las miraba, así que vieron el intercambio; un joven incluso se adelantó y le arrebató el papel para ver qué contenía.
"Es un billete de lotería caducado", se rio el chico, y otros se sumaron. "Este billete caducó hace un año, señora".
"Devuélvelo", dijo Sara, tomándolo de él y metiéndolo en su bolsillo.
Cuando levantó la vista, Laura se había ido y sus padres la esperaban para decirle que no podía abandonar su fiesta.
Unos días más tarde, Sara se dio cuenta de que algunas letras de la letra pequeña del reverso del billete estaban rodeadas de un círculo: era la codificación. Algo en lo que a ella y a Laura les gustaba trabajar.
Jóvenes. | Foto: Unsplash
Sacó su bolígrafo y unió rápidamente todas las letras rodeadas, que formaban un mensaje que decía: "Soy muy mayor y quiero dejarle mis ahorros a alguien. Puedes encontrarlo en la caja de almacenamiento de equipaje de la estación de tren".
En la cara principal del billete, observó que había otros números rodeados y supuso que era la combinación de la caja de almacenamiento de la estación.
Al día siguiente, Sara fue a la estación de tren y encontró el dinero dentro de la caja. No podía creer que Laura le hubiera regalado sus ahorros. Era una suma bastante considerable, así que sus padres la ayudaron a asegurarlo abriendo su propia cuenta bancaria.
Sara compró dos cachorros con ese dinero, uno para ella y otro para Laura, de modo que ya no se sentía sola cuando estaba en casa. Y todos los fines de semana, las dos paseaban juntas a sus perros por el precioso parque.
Dólares. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- Siempre hay un resquicio de esperanza: Sara se sintió avergonzada en su escuela por lo ocurrido en la cafetería, y sus amigos la rechazaron. Le dolió, pero en medio de todo ese caos, conoció a una verdadera amiga que la ayudó a sentirse mejor consigo misma.
- Nunca te avergüences de tus amigos: A nadie le gustaba Laura, excepto a Sara, pero a pesar de ello, no se lo pensó dos veces a la hora de invitarla a su fiesta de cumpleaños, incluso cuando sabía que todos los demás estarían allí. Laura vio esto y consideró oportuno recompensar a su joven amiga por su valentía.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.