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Vagabundo abriendo un cajón negro. | Foto: Shutterstock
Vagabundo abriendo un cajón negro. | Foto: Shutterstock

Hombre sin hogar halla vieja caja negra y la vende por $50 sin siquiera revisar qué hay dentro - Historia del día

Vanessa Guzmán
12 ene 2022
11:20

Un vagabundo se despertó una mañana y encontró una caja con candado. Vendió la caja por una pequeña suma, pero lo que sucedió a continuación cambió su vida.

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Alex era un popular indigente de Santa Cruz. Aunque casi siempre estaba borracho, la gente lo amaba porque siempre sonreía y decía palabras bonitas cada vez que pasaban. Por lo tanto, le daban regalos de vez en cuando.

Cada vez que Alex recibía regalos, por lo general los vendía por sumas bajas. El dinero obtenido lo usaba para comprar bebidas alcohólicas y alimentos.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Getty Images

Nadie sabía cómo se encontraba en tales circunstancias. Hablaba bien y sonaba como alguien con educación. Sin embargo, los rumores decían que se deprimió después de perder su trabajo y salió a la calle.

Alex también era bueno con los niños. Cada vez que algún chiquillo o adolescente pasaba junto a él, siempre les decía palabras amables y les aconsejaba que no desobedecieran a sus padres.

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Un día, Alex caminaba por la calle cerca de una escuela cuando vio a dos niños siendo acosados ​​por bravucones. Estaba borracho, pero lo suficientemente consciente como para saber lo que estaba pasando.

Gritó a los acosadores que soltaran a los chicos o sentirían su ira. Sin embargo, se rieron de él y le preguntaron qué podía hacer.

Sin previo aviso, Alex cargó contra los bravucones y los amenazó con un tubo de metal. Luego, temiendo lo peor, los vándalos huyeron a un edificio abandonado en la calle.

Los dos niños que Alex rescató le estaban agradecidos por su ayuda. Les pidió que tuvieran cuidado y caminaran en grupos antes de despedirse de ellos.

Dos noches después de su acto de rescate, Alex dormía en la casa abandonada donde pernoctaba. De repente, escuchó unos pasos en el primer piso seguidos de una voz.

Alex pensó que estaba alucinando porque por lo general tenía alucinaciones cuando bebía demasiado. Por lo tanto, no se molestó en averiguar qué era y volvió a dormir.

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Cuando se despertó por la mañana y dio un recorrido por la morada, encontró una caja negra con un pequeño candado. El candado se podía romper, pero no le importaba el contenido de la caja, así que no se molestó en romperlo.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Shutterstock

Estaba acostumbrado a vender la mayoría de los regalos que la gente le traía y decidió vender la caja. Un hombre llamado Nicolás se le acercó y la compró por $50.

Unas horas más tarde, el comprador regresó a donde estaba Alex haciéndole una petición especial. "¡Llévame al lugar donde encontraste la caja! ¡Ahora!", dijo Nicolás con mucha firmeza.

Alex llevó a Nicolás al sitio. Cuando llegaron al edificio abandonado, encontraron a los dos niños llorando porque estaban molestos.

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"¡Oye, sinvergüenza! Pregúntales por qué están llorando", le gritó Nicolás al vagabundo.

Los chicos comenzaron a disculparse con Alex. Le dijeron que querían darle la caja personalmente, pero lo encontraron durmiendo cuando llegaron la noche anterior y no quisieron molestarlo.

"Dejamos una caja aquí, pero parece que alguien la ha robado", revelaron los chicos.

"Solo queríamos hacerte feliz, porque sabemos que podrías sentirte solo", agregaron.

Nicolás dejó a Alex y a los niños y se dirigió a su auto para buscar la caja. Cuando los chicos lo vieron, se emocionaron y le preguntaron a Alex si le gustaba lo que había dentro.

"¡Sí, claro! ¡Gracias!", Alex mintió.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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Pronto, Nicolás y los niños abandonaron la casa abandonada y Alex se quedó atrás con la caja. La abrió y se sorprendió por lo que encontró dentro.

Había mucha ropa de abrigo, adornos navideños y juguetes, un arbolito y algo de comida. También había una caja de regalo en el fondo de la caja y una carta.

"Vimos que estabas tan solo y pobre. Pero nos rescataste de los abusadores hace dos días cerca de nuestra escuela y estamos muy agradecidos", decía la carta.

Sorprendentemente, Alex no recordaba haber rescatado a los niños de los bravucones. Sin embargo, sonrió mientras continuaba leyendo la carta.

"Es por eso que le pedimos a Santa en nuestra carta que no nos trajera regalos. Le pedimos que en su lugar te trajera regalos a ti", continuó la carta.

Los niños también escribieron que sus padres les dijeron que Santa no podía encontrar a Alex para entregarle la caja y les pidieron que se la trajeran ellos mismos.

“Estamos seguros de que eres un muy buen hombre y te lo mereces. ¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo! Espero que no te sientas más solo con estos regalos”, concluyeron y lo firmaron con sus nombres, Kike y Estaban.

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Cuando Alex abrió la caja de regalo, encontró un nuevo reproductor de audio y una consola de juegos portátil. También leyó la oración: "Feliz Navidad, Kike y Esteban" en el paquete.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

Se dio cuenta de que los niños también le habían dado sus regalos de Navidad además de la ropa de abrigo y otras cosas que le dieron. Alex se emocionó y lloró. Tomó los $50 que Nicolás le dio por la caja y fue a una tienda a comprar pequeños juguetes, chocolates y dulces para los niños.

Encontró la dirección de su casa en una de las chaquetas que le dieron. El padre de los chicos había escrito la dirección y la olvidó dentro de la chaqueta.

Alex fue a la dirección con los regalos que les había comprado. Dejó el paquete frente a su puerta y dejó una nota con él.

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"Ustedes me salvaron la vida. Gracias", decía la nota.

Alex se sintió conmovido por lo que Kike y Esteban hicieron por él y poco a poco cambió su estilo de vida. Dejó de beber y mantuvo su sobriedad. Más tarde, consiguió un trabajo como guardia de seguridad en un almacén. Siempre fue amable con los demás y ayudaba a las personas cada vez que podía.

Aunque el pasado de Alex fue problemático debido a su alcoholismo, se le había dado una nueva oportunidad de vida debido a su encuentro con los dos niños y estaba decidido a aprovecharla.

Imagen con fines ilustrativos | Foto: Pexels

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¿Qué aprendimos con esta historia?

  • Sé amable con los extraños: Alex siempre recibía regalos de extraños. Salvó a dos niños de los vándalos a pesar de no conocerlos. Además, Nicolás conocía el significado de la caja y se la devolvió a Alex a pesar de haberle pagado por ella.
  • Evita las drogas y el alcohol: Alex se encontró en ese tipo de situación debido a su adicción al alcohol. Era un buen hombre, pero no podía arreglar su vida a causa de su vicio. Eventualmente, encontró una salida, gracias a los chicos. Sin embargo, no todos tienen esa suerte.

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Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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