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Un niño jugando con la nieve | Foto: Shutterstock
Un niño jugando con la nieve | Foto: Shutterstock

Joven ve a un niño en el parque que es idéntico a él de pequeño - Historia del día

Vanessa Guzmán
19 ene 2022
12:50

Un joven ve un niño idéntico a él en el parque. Poco después, descubre una impactante verdad del pasado de sus padres.

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Gregorio Torres no tenía preocupaciones en el mundo. Tenía 27 años y trabajaba como chef en su restaurante favorito, que quedaba en el corazón de su ciudad.

Su casa estaba muy cerca del restaurante, lo que le facilitaba ir y venir. Después del trabajo todos los días, colgaba su delantal y daba un paseo rápido por la calle hasta un parque donde los habitantes de la urbe pasaban tiempo al aire libre.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Un día, estaba caminando por el parque, observando la escena, cuando escuchó a un niño gritar: "¡Fuera del camino!".

Tan pronto como escuchó el grito, su atención se centró en el chiquillo que se precipitaba hacia él en una tabla de snowboard fuera de control. Pero no había tiempo para apartarse del camino, por lo que ambos chocaron y el niño terminó en el piso junto con Gregorio.

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"¡Auch!", dijo el chico mientras miraba agresivo a Gregorio, quien se había golpeado la cabeza.

"Me golpearon, pero ¿tú eres el que grita?", dijo Gregorio mientras levantaba al niño y se arrodillaba para mirarlo a los ojos.

Fue entonces cuando se sorprendió por el parecido entre ellos. Gregorio podría haber jurado que estaba mirando a su yo más joven. Le tomó unos momentos superar eso para preguntar si el chico se había lastimado.

"Estoy bien y siento haberme topado contigo", dijo el niño con una sonrisa pícara como la de Gregorio.

A riesgo de parecer demasiado interesado en el niño, lo dejó seguir jugando con su snowboard, pero se sentó cerca, observando y esperando ver a sus padres.

"¿Cómo puede ese chico ser una copia completa de mí?", se preguntó. "Definitivamente, no es mío, soy virgen después de todo". Nunca había tenido intimidad con una mujer, pero el chico parecía ser su hijo.

"¿Cómo podría ser esto?".

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Inmerso en sus pensamientos, no se dio cuenta de que una mujer se llevaba al niño. Le tomó unos minutos percatarse de que el chico se había ido y luego otros pocos localizarlos moviéndose hacia la calle para tomar un taxi.

Se habían ido antes de que pudiera alcanzarlos, así que regresó a casa sumido en sus pensamientos. Su madre, Margarita, se dio cuenta rápidamente que su hijo estaba muy pensativo, pero se mantuvo en silencio al respecto.

Creyó que necesitaba algo de tiempo para resolverlo por sí mismo. Era bastante comunicativo y sabía que él se abriría a ella tarde o temprano.

Pasó toda una hora antes de que él comenzara a hablar, y ella estaba sentada, lista para escuchar y dar consejos. Gregorio le contó sobre el niño que vio y, mientras observaba atentamente sus reacciones faciales, preguntó por su padre.

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Era un tema que su madre deliberadamente evitaba responder cada vez que surgía. Pero después de escuchar sobre el chico que Gregorio había conocido en el parque, supo que una respuesta vaga no serviría.

Entonces ella le dijo la verdad: "Tu padre era un hombre muy valiente. Un piloto que volaba aviones y fácilmente me robó el corazón con su intelecto agudo y su labia", dijo.

"Tuvimos lo que llaman un romance vertiginoso y fue a partir de ahí que quedé embarazada de ti. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que tu padre tenía mujeres como yo en todo el mundo y después de que yo me enteré, fue nuestro final".

"¿Y nunca lo has vuelto a ver desde entonces?"

"Ni una sola vez", dijo ella.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

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Su historia hizo que Gregorio se diera cuenta de que el niño que había visto podría ser su hermano o algún otro pariente. Lo hizo sentir aún más curioso acerca de quién era su padre.

Con la esperanza de volver a encontrarse con el niño, Gregorio comenzó a caminar más a menudo por el parque. Día a día visitó el lugar donde antes había ocurrido el mini accidente y pasaba unos 30 minutos esperándolo. Pero fue en vano, pese a que esa conducta se mantuvo durante algunas semanas.

Estaba a punto de darse por vencido cuando lo encontró un fin de semana en el columpio del parque. Gregorio estaba muy feliz, pero tuvo que reprimirse mientras se acercaba al chico y su madre.

En una inspección más cercana, la mujer parecía tener la misma edad que él, un hecho que notó, pero que no se atrevió a mencionar de inmediato.

Tampoco podía preguntar qué era lo que realmente lo intrigaba, así que se conformó con una broma incómoda que le lanzó al chico sobre su primer encuentro.

"Hola, derribador", dijo con una sonrisa, esperando que el niño reaccionara positivamente.

El niño lo hizo, y la mujer siguió su ejemplo, descartando la incomodidad de Gregorio y sonriéndole cálidamente.

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Se presentó como Melisa. Tuvieron una conversación tan agradable que a él se le terminó olvidando preguntarle lo que deseaba saber.

Con el tiempo, los dos comenzaron a verse en el parque con más frecuencia y el vínculo entre los tres creció.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Gregorio era muy consciente de que rápidamente se estaba convirtiendo en una relación romántica. Sabía que no estaba bien porque estaba seguro de que había algún tipo de lazo familiar que los unía.

Temeroso de descubrir la verdad, evitó preguntarle a Melisa al respecto, pero pudo recopilar algunos detalles sobre ella a lo largo de sus encuentros.

Descubrió que era huérfana. Su padre había desaparecido y también su madre la había abandonado porque no podía cuidarla.

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Un día, Gregorio decidió invitar a Melissa a cenar a su casa para que conociera a su madre. Pero tan pronto como la mujer llegó y conoció a Margarita, la verdad comenzó a destaparse. La mamá de Gregorio comenzó a llorar y él se preocupó.

"¿Qué pasa mamá?", preguntó angustiado, pero notó que la mirada de su mamá nunca dejaba a Melisa. Confirmó su sospecha.

"Mamá, ¿la conoces?", preguntó y la vio asentir lentamente antes de abrir la boca para revelar todo.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Aparentemente, era un gemelo. Margarita había tenido un hijo y una hija, pero solo se quedó con el varón y entregó a la niña a un orfanato.

"¿Estás segura de que haces lo correcto?", había preguntado Dora, la mujer a cargo del orfanato donde la madre de Gregorio dejó a su hermana gemela.

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"En esta elección no hay ninguna opción 'correcta', Dora", respondió Margarita en voz baja. Su decisión fue definitiva. "Solo cuídala bien por mí, y si Dios quiere, mis hijos encontrarán el camino de regreso".

Esa hija creció y se convirtió en Melisa, la mujer de la que Gregorio se estaba enamorando. De hecho, habían encontrado el camino de regreso el uno al otro.

Al principio, Melisa se quedó atónita con la confesión, y se había resistido debido a la soledad que había tenido que soportar cuando era niña. Eso fue lo que le dijo a Gregorio cuando trató de calmarla.

Pero en el fondo solo estaba celosa de cuánto tiempo su hermano había podido pasar con su madre. "Debe ser por eso que está tan bien organizado", pensó con tristeza. "Mientras yo soy un desastre".

Melisa tardó varias semanas en superar sus emociones, pero cuando finalmente lo hizo, encontró la felicidad de haber encontrado a su familia después de tantos años.

Para sanar el daño ocasionado por sus acciones pasadas, Margarita comenzó a ayudar a Melisa a criar a su hijo y todos se convirtieron en una familia grande y feliz.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué aprendimos de esta historia?

  • La compensación viene después del arrepentimiento: La madre de Gregorio tomó una decisión que separó a sus mellizos en el pasado porque no tenía otra opción. Pero cuando la hija a la que entregó reapareció en su vida, todo lo que hizo fue suplicar perdón. Después comenzó a expiar sus pecados y eso ayudó a solidificar sus lazos.
  • Ten cuidado con sus interacciones: Gregorio tuvo que desplegar tacto en su trato con Melisa a medida que iba descubriendo el pasado. Eso le ayudó a evitar ofenderla hasta que ambos llegaron a la verdad de lo sucedido.

Comparta esta historia con amigos y familiares para inspirarlos.

Este relato está inspirado en la vida cotidiana de nuestros lectores y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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