Tras 48 años de matrimonio, mujer desaparece en las noches y oculta su cuerpo con mangas largas - Historia del día
Richard y Beatriz habían estado casados durante décadas. El suyo parecía ser un matrimonio destinado a durar toda la vida hasta que sucedió algo que casi los separa.
Los esposos habían sido novios desde la universidad. Se habían conocido cuando Beatriz estaba en su primer año y Richard en el último. Su romance parecía haber sido sacado de un libro de cuentos.
Los dos se conocieron en los terrenos del campus y fue amor a primera vista. Beatriz pensó que Richard se veía guapo y seguro, mientras que él amaba la belleza y la ingenuidad de su mujer.
Mujer mayor cruzando una calle. | Foto: Shutterstock
Poco después de verse por primera vez, comenzaron a salir y, a menudo, paseaban por las calles de noche mirando las estrellas. Aunque las brillantes luces de la ciudad entusiasmaban a Beatriz, se sentía intimidada por el caos de la urbe. Sin embargo, estaba agradecida de tener a Richard.
Pronto se comprometieron y acordaron casarse una vez que terminaran la universidad. Varios años después, la feliz pareja caminó hacia el altar en presencia de sus familiares y amigos.
Comenzaron a construir un matrimonio lleno de felicidad. Dos años después de su hermosa boda, dieron la bienvenida a su primer bebé juntos: una niña. El varón llegó a este mundo, 24 meses más tarde.
Ahora tenían el nido vacío, pero no estaban menos enamorados. La edad, sin embargo, les estaba alcanzando. El cabello de Beatriz rápidamente se volvió gris y comenzó a preocuparse por su apariencia.
Intentó teñirse el cabello para deshacerse de las canas. También hizo ejercicios para mantener su cuerpo en forma. Y aunque esto funcionó durante algún tiempo, no pudo evitar preocuparse por lo que sucedería cuando fuera mayor.
En algún momento, sus ejercicios dejaron de funcionar y otros cambios relacionados con la edad se hicieron más pronunciados. Las arrugas de su rostro eran más visibles y su hermosa figura desapareció.
Beatriz estaba devastada. Supuso que su esposo pronto la dejaría por una mujer más joven. Una noche, se dio cuenta que todas sus soluciones para lucir más joven habían fallado y se había quedado sin ideas. Decidió confiar en una amiga, así que hizo una llamada.
"¡Hola, Marta! Me preguntaba, ¿cómo quemo toda esta acumulación de grasa en mi barriga?", preguntó a su vieja amistad cuando levantó el teléfono. "¡Lo he intentado todo!", dijo llorando.
Recién casados. | Foto: Pexels
"Cálmate Beatriz", dijo Marta, riéndose. "He estado yendo a un lugar de masajes para quemar grasa a solo tres cuadras de distancia. Deberías probarlo".
"¿Por qué nunca has compartido esto conmigo?", preguntó Beatriz. Las amigas conversaron por un rato, e inmediatamente después de que terminó la llamada, la esposa de Richard tomó su computadora y buscó la dirección que Marta le había dado. Se aseguró de reservar una cita para el día siguiente.
Esa noche, dio vueltas y vueltas, incapaz de dormir. Su esposo estaba preocupado, pero ella le aseguró que estaba bien. Estaba entusiasmada con la posibilidad de recuperar su antiguo cuerpo.
Con las primeras luces del alba, Beatriz se levantó. Rápidamente, preparó el desayuno y terminó las tareas de la casa. Ella había programado su cita para las siete de la noche y el tiempo no podría haberse movido más lento.
Tan pronto como el reloj marcó las 6:30 p.m., salió de casa. Su primera sesión fue exitosa y esperaba comenzar a ver resultados pronto. Sin embargo, su alegría se interrumpió rápidamente. Empezó a notar moretones por todo el cuerpo.
No sabía qué decirle a su esposo y comenzó a ocultar los hematomas con blusas de manga larga. Sin embargo, siguió asistiendo a sus sesiones y ocultándoselas a su marido.
Beth estaba jubilada y cuando sus salidas nocturnas comenzaron a ser frecuentes, Richard comenzó a sospechar que algo estaba pasando. Sus intentos de hacer que ella se abriera fueron recibidos con murmullos. Esa noche, decidió confrontar a su esposa.
"Beatriz, ¿qué está pasando? ¿A dónde vas por las noches?", preguntó Richard, con mucha preocupación.
"Uhm... para... para reunirme con algunos amigos", murmuró, apenas audible.
Mujer mayor subiendo una escaleras. | Foto: Pexels
"Pero tus amigos solo están libres los fines de semana", respondió.
"Tengo algunos que tienen noches libres entre semana", soltó.
Richard lo dejó pasar, pero estaba lejos de estar convencido. Empezó a sospechar. También se preguntó por qué su esposa a menudo usaba blusas de manga larga incluso cuando hacía calor en la casa.
Un día, mientras su esposa estaba haciendo masa para galletas, Richard trató de subirse las mangas para que no se ensuciaran, pero Beatriz se apartó rápidamente. Richard ahora estaba seguro de que su mujer estaba escondiendo algo. Simplemente, no estaba seguro de qué.
Su única conclusión fue que su esposa durante 48 años lo estaba engañando. Decidió seguirla al día siguiente. Tan pronto como ella se fue, él la siguió hasta la sala de masajes, pero no pudo entrar.
Regresó a casa más confundido que cuando se fue. "¿Por qué mi esposa me ocultaría sus sesiones de masaje?", se preguntó.
Esa noche, Richard decidió confrontar una vez más a su mujer. Él la sentó en su sofá favorito y le dijo: "Beatriz, mi amor, me doy cuenta de que algo anduvo mal en las últimas semanas. ¿Qué está pasando?".
Ella tartamudeó por un rato, y cuando las palabras no funcionaron, comenzó a llorar. Richard la tomó en sus brazos y la consoló. Cuando se calmó, confesó que había ido a la sala de masajes para perder algo de peso.
"Sé que estoy arrugada y fuera de forma, y tenía miedo de que me dejaras", lloró. "Las camisas de manga larga son para ocultar mis moretones de los masajes".
Richard no podía creer lo que estaba escuchando. Abrazó a su esposa y le dijo que dejara de preocuparse porque todavía la amaba sin importar nada. Pasó los dedos por los moretones que Beatriz tenía en su piel y ella se estremecía de dolor.
Su conversación fue sincera cuando Richard le ratificó su amor incondicional a Beatriz. Luego le pidió que dejara de castigarse por su apariencia e inmediatamente la ayudó a cancelar las dolorosas citas de masaje.
Pareja de adultos mayores. | Foto: Pexels
¿Qué podemos aprender de esta historia?
Las inseguridades vienen siempre de tu interior: Beatriz luchó con su imagen corporal durante mucho tiempo. Pensaba que su esposo ya no la consideraba hermosa. Sin embargo, se dio cuenta de que la amaba tanto como cuando eran jóvenes.
Hablar sobre tus problemas, puede ayudarte a resolverlos: Si Beatriz solo hubiera hablado con su esposo sobre sus preocupaciones, no hubiera tenido que soportar tanto dolor en su intento de recuperar su figura.
Comparte esta historia con tus amigos. Podría alegrarles el día e inspirarlos.
Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.