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Una casa | Foto: Shutterstock
Una casa | Foto: Shutterstock

Mujer que nunca ha tenido hijos abre la puerta y encuentra a chica que dice ser su hija - Historia del día

Georgimar Coronil
04 feb 2022
01:40

Una mujer que nunca tuvo hijos recibió con alegría a una chica que dijo ser su hija. La acogió en su corazón y en su casa, pero años después la verdad salió a la luz.

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Un día, Patty Maldonado se había despertado abatida y se miró en el espejo de su habitación. “¿En qué me he convertido?”, pensó.

La bonita Patty que bailaba todas las noches, se había transformado en esta mujer desaliñada, con el pelo canoso y llena de tristeza.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Fue entonces cuando sonó el timbre de su casa y Patty bajó corriendo las escaleras con su bata vieja y sus zapatillas gastadas, sin imaginar que ese visitante cambiaría su vida.

La mujer estuvo a punto de tropezar con la alfombra del pasillo cuando abrió la puerta, por lo que estaba un poco desorientada cuando alguien la abrazó con entusiasmo y exclamó: "¿Mamá?".

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Patty empujó a la persona. "¿Disculpa?", dijo y miró asombrada a la chica que estaba parada en su puerta.

"Lo siento", dijo ella. "¿Eres Patty Maldonado?".

Patty se arregló la bata y asintió. "Sí, soy yo."

"Yo soy... mi nombre es Amelia... soy tu hija...", dijo la joven."Te he estado buscando desde siempre. Crecí en el orfanato y tenía tanto miedo de que no me quisieras. He estado tan sola..."

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Patty abrió la boca para decir que no era su madre, que no tenía una hija, pero algo la detuvo. ¿No había estado asustada últimamente, imaginando la vejez sin nadie que la quisiera, que la recordara cuando ella no estuviera?

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"Amelia", dijo Patty. "¡Siempre, siempre te he querido!" Y era cierto. El sueño de Patty había sido tener una familia, especialmente una niña, pero su prometido, Marcos, había muerto en un accidente de coche y Patty nunca había mirado a nadie más.

Esta chica, con sus grandes ojos azules, incluso se parecía un poco a Marcos. Era la hija que ella y Marcos deberían haber tenido si el destino no hubiera sido tan cruel. Así que la dama abrió sus brazos a la temblorosa y esperanzada joven y la abrazó con fuerza.

Amelia le habló a Patty del dolor de crecer sola, de esperar siempre que alguien viniera a reclamarla. Patty susurró con lágrimas en los ojos: "¡Oh, mi dulce niña! Si hubiera podido ir a por ti".

Amelia estaba comprometida con un hombre encantador, y había sido el encuentro con su familia lo que la había impulsado a buscar a sus propios padres. "¿Mi padre?", preguntó Amelia a Patty. "¿Está vivo?".

Patty, al ver los hermosos ojos azules de Marcos en el rostro de Amelia, negó con la cabeza. "No, murió, y después de eso, no pude... lo siento tanto...".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

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Amelia rodeó a Patty con sus brazos y la consoló. Por primera vez, ambas mujeres encontraron alivio a su dolor y soledad. "Mamá", dijo Amelia con timidez. "Quería preguntarte si quieres ir a mi boda".

Patty aceptó orgullosa, ¡y nadie habría reconocido a la desolada y desaliñada Patty ese día! Llevaba un precioso traje rosa, sus perlas, y su pelo brillaba como la plata.

Fue el mejor día de la vida de Amelia, y Patty estaba tan feliz como si hubiera sido la novia. Llevó a Amelia al altar y la entregó con tanto orgullo como si fuera su propia hija.

"Es mía", se dijo Patty, "porque la quiero y quien la tuvo la regaló... Y no estoy haciendo daño a nadie, ¿verdad?”, se preguntó.

Dos años después, la felicidad de Patty se duplicó cuando Amelia dio a luz a una niña, la bebé más pequeña y perfecta. "¡Oh, es un capullo de rosas!", expresó Patty felizmente, acunando a su nieta por primera vez.

"Oh, mamá", gritó Amelia. "¡Es el nombre perfecto!" Y llamaron Rosa a la bebé.

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Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Pero a medida que Rosa crecía, la conciencia de Patty empezó a molestarla. "Esta felicidad", pensó Patty, "es robada a otra persona. Amelia y Rosa no son realmente mías. He hecho algo terrible y Amelia nunca me perdonará", manifestó.

"Amelia", dijo Patty, "Tenemos que hablar. ¿Recuerdas el día que viniste a mi casa?".

"Oh, mamá", dijo Amelia. "¡Sí que me acuerdo! Has convertido el peor día de mi vida en el mejor".

Patty tomó las manos de Amelia entre las suyas y le dijo: "Querida, quiero que sepas que te quiero, que siempre te querré y que estaré aquí para ti, pero hay algo que debes saber..."

"Mamá", dijo Amelia. "¡Estás empezando a asustarme! ¿Qué está pasando?".

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Patty susurró: "Aquel día que llamaste a mi puerta, me sentía tan infeliz, tan sola, y me preguntaste si era tu madre... Y te dije que sí... ¡Pero no lo soy!".

"Mamá", expresó Amelia. "¿Eso es todo? ¿Sabes por qué fue el peor día de mi vida? Tenía las direcciones de dos Patty Maldonado, y la primera era mi madre biológica. Ella me dijo que haberme entregado debía haber sido suficiente mensaje.

"Estaba destrozada, no podía creerlo, así que llamé a tu puerta, y me quisiste. Eres la madre que debería haber tenido, eres mi verdadera madre, ¡y no lo olvides nunca!".

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

¿Qué podemos aprender de esta historia?

El amor lo es todo: Aunque Patty y Amelia no eran parientes de sangre, se convirtieron en una familia amorosa.

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Decir la verdad trae paz al corazón: Patty temía que Amelia la rechazara, pero descubrió que escondía su propio secreto.

Comparte esta historia con tus amigos. Puede que les alegre el día y les inspire.

Este relato está inspirado en la historia de un lector y ha sido escrito por un redactor profesional. Cualquier parecido con nombres o ubicaciones reales es pura coincidencia. Todas las imágenes mostradas son exclusivamente de carácter ilustrativo. Comparte tu historia con nosotros, podría cambiar la vida de alguien. Si deseas compartir tu historia, envíala a info@amomama.com.

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